Más de mil millones de personas con discapacidad viven en el mundo y en Chile la cifra alcanza a los 2.836.818 personas.
Una realidad lamentable: La discapacidad es más común entre las mujeres, las personas mayores, con las mayores probabilidades de estar desempleados, y los niños de bajos ingresos, quienes además presentan las mayores dificultades de ser escolarizados.
A ello se suma la deficitaria atención de salud que reciben todos ellos, haciéndolos más vulnerables a la pobreza y con el impedimento de salir de este círculo por ellos mismos.
Las barreras físicas y de comunicación empeoran esta situación. La accesibilidad universal nace en Chile y en el mundo producto de la lucha de las personas con discapacidad y el derecho humano fundamental de incorporar a todas las personas, independiente de sus habilidades o capacidades para poder desarrollarse como personas, y ciudadanos de derechos y obligaciones.
Si bien en el país existen normas básicas de accesibilidad desde el año 1994, recién con la publicación del DS50 en marzo de 2016 se comienza a comprender su verdadero propósito. Ya no son elementos aislados que se deben incorporar como añadidos a la edificación o espacios de uso público sino como un criterio de diseño que complementa el proyecto, se hace visible desde su etapa de planos, y patente en la construcción y uso del edificio.
En marzo de 2019 venció el plazo para que los edificios posteriores a 1994 adecuaran su infraestructura al concepto de "ruta accesible" normado en el DS50. Esta obligación ha dado pocos frutos, en varios casos las modificaciones son de alto costo debido a que una gran mayoría incumplió las normas de accesibilidad a las que estaba sujeto el edificio en sus orígenes.
Si nuestras normas de accesibilidad se hubieran cumplido fielmente desde el año 1995 estaríamos requiriendo modificaciones menores y tendríamos un cumplimiento mucho mayor al estimado hoy en día.
Ser un país accesible requiere una estrategia y plan de acción nacional. Debe fluir desde las más altas autoridades a todos los niveles, estar presente en toda política pública y tener la representatividad y voz necesaria de las propias personas con discapacidad. Son muchas las organizaciones civiles que han hecho valiosos trabajos en todas las áreas de la discapacidad y que deben ser tomados en cuenta como aporte y pilar fundamental de un desarrollo participativo del Estado, sociedad civil y los entes privados. Entre todos será más fácil hacer de Chile un país accesible.
Los días 6 y 7 de septiembre se desarrollará Expo Inclusión 2019, evento que ha evidenciado el interés y ejemplo de miles de personas involucradas y comprometidas con la discapacidad. Una instancia que permitirá que las personas con discapacidad tomen la representatividad que se merecen y se quiebre definitivamente la invisibilidad a la que estuvieron sometidas por siglos. Ciudad Accesible estará ahí nuevamente para apoyar y reforzar la causa de que primero debemos ser accesibles si queremos ser un país inclusivo.