En su declaración a la ministra Romy Rutherford, el general (R) John Griffiths entregó una serie de detalles de sus viajes y comisiones de servicio. Uno de ellos, según consta en el acta de procesamiento, ocurrió del 13 al 21 de febrero de 2014, en Milán, con un paso previo por Venecia. Allí fue enviado para visitar una fábrica en un proyecto de reemplazo de aviones.
Consultado por el tribunal, dijo que de esta visita hubo "un reporte verbal solamente, no escrito, al comandante en jefe de la época, Juan Miguel Fuente-Alba". Sostuvo que viajó junto a los generales Sergio Retamal (BAE) y Humberto Oviedo (que luego sería el comandante en jefe del Ejército). El documento indica que Griffiths reconoció que "realmente viajó con su señora. Afirma que se usa que se viaje con las señoras, como lo hicieron los tres generales en esa oportunidad. Más si es que se han pedido los permisos, pero no recuerda si los tenía".
El escrito dice que en el itinerario llegaron a París y luego pasaron una noche en Venecia, la del 14 de febrero, "donde se encontraron con el general Oviedo y su señora, quienes habían llegado antes". Después, el viaje continuó a Milán y Berna.
Respecto de su comisión de servicios a EE.UU. en 2011, el general (R) manifestó a la jueza que una vez que se hizo su designación "comenzó a averiguar cómo se hacía el sistema de pasajes" y que "reconoce que el cheque se lo entregaron en la Tesorería de Estado Mayor el 15 de diciembre de 2011, nominativo, por US$ 15.000".
Añadió que "luego de reconocer la documentación exhibida por el tribunal relativa al viaje, dentro de la cual se encuentra la factura del 30 de noviembre de 2011, de la empresa Turavión, correspondiente a cinco pasajes, a nombre de John Griffiths Spielman, por el equivalente a US$ 5.858,80 (...), el declarante señala que efectivamente recibió US$ 15.000, y que luego pagó por esos cinco pasajes, de él y de su grupo familiar solo el equivalente a US$ 5.858,80.
El escrito también indica que el militar procesado "reconoce que nunca presentó esta documentación en el Ejército para acreditar el valor. Añade que efectivamente, cuando le entregaron los US$ 15.000 ya sabía que el costo de los pasajes para él había sido solo de US$ 5.858,80, pero que no pensó que era algo ilícito".
El documento también indica que Griffiths "conoce de la agencia Turavión a la señora Anni Stange, desde el año 2002, porque ella es la representante de Turavión con el Ejército, y además es la señora del coronel Arturo Contreras Polgati".