A la salida del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) la circulación de personas es constante. Entre ese flujo, a eso de las 10:30 del 27 de febrero, Francisca Farías (43) y Ana Guerrero (35) ingresan al edificio, sumándose a las miles de personas que lo visitan cada año.

En la última década, la afluencia al museo ha crecido considerablemente: en 2014 recibió 335.915 personas, mientras que en 2024 alcanzó su cifra más alta, con 510.720. Es decir, un aumento del 52%.

Farías, que trabaja regularmente durante la semana, viene desde Providencia y comenta que durante el verano prefiere visitar museos. “Voy mucho al cerro, pero con estas altas temperaturas lo cambio por el parque Forestal. Vengo al MNBA, aunque me repita las exposiciones, me da lo mismo. Siempre uno puede estar de distintos ánimos y enfrentar las mismas muestras desde diferentes momentos, dependiendo de cómo te sientas. Siempre te entrega algo, así que para mí siempre es una opción de panorama”, relata.

Pero este no es el único museo que experimentó un aumento explosivo. El Museo Histórico Nacional (MHN), un edificio de estilo neoclásico, duplicó su número de visitas en la última década, con un incremento del 100,8%. En 2014, recibió 152.537 visitantes, mientras que en 2024 cerró con 306.230.

El edificio, declarado patrimonio en 1969, se encuentra abierto al público. Todo el segundo piso está habilitado para el recorrido, aunque en el primero aún se realizan arreglos que permitirán albergar más exposiciones y recibir a un mayor número de visitantes cuando estén finalizados.

Tras la fuerte caída en las visitas durante 2020 y 2021, el MHN mostró un repunte significativo. Sin restricciones sanitarias, las visitas aumentaron un 248% entre 2021 y 2022; un 105% en el periodo siguiente y, en su último registro (2023-2024), un 50,8%.

“Suelo visitar bastantes museos seguido, pero este lo conocí por la universidad (…). En lo personal, lo considero bastante interesante. Creo que un problema que tiene Chile es que los chilenos no conocen muy bien su propia historia. Entonces, lo mínimo que uno puede hacer es ir a un museo para al menos tratar de entender cómo era la época”, sostiene Anderson Paredes, uno de los tantos visitantes del citado recinto.

El Museo Ciudadano Benjamín Vicuña Mackenna (MCBVM) no se queda atrás y de acuerdo con cifras obtenidas por este medio, también registra aumento en sus visitas. Está ubicado en la avenida del mismo nombre, a unos diez minutos a pie desde la estación de Metro Baquedano, y en la última década su afluencia de público se incrementó en un 146%.

Durante la pandemia, el museo sufrió una caída drástica en su número de visitantes, con una disminución del 95,3%. Sin embargo, en 2024 registró 22.008 visitas, lo que representa un repunte del 80,8% respecto a 2023, cuando recibió 12.174 personas. En solo un año (2023-2024), sumó 9.834 visitas adicionales, superando incluso el total anual de 2014 (ver tabla).

VISITAS ANUALESMNBAMHNMCBVM
2014335.915152.5378.945
2015297.496197.26512.955
2016347.030228.62313.009
2017308.839296.95012.712
2018336.593292.83211.17
2019282.486203.38212.224
202029.85238.641580
202146.28528.417762
2022268.61498.8946.618
2023389.545203.01912.174
2024510.720306.23022.008
Variación 2014-202452%100,8%146%

Las razones detrás del aumento

Nélida Pozo Kudo, directora del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural (Serpat), explica que “hoy los museos desarrollan una gran propuesta de actividades programáticas y de mediación, que son alternativas que logran un alto nivel de interés y participación de las personas, lo que se ha traducido en un aumento cada vez mayor de visitantes”.

Además, la directora detalla que el interés y las visitas también se han incrementado en el Museo Nacional de Historia Natural y en el Museo de la Educación Gabriela Mistral, ubicados en el Parque Quinta Normal y en calle Compañía de Jesús, respectivamente.

También asegura que las novedades que implementarán ahora permitirán seguir mejorando las cifras: “Proyectamos que 2025 será un año que consolidará este aumento de participación, especialmente porque contamos con más presupuesto que nos permitirá generar nueva programación, extender los horarios de funcionamiento y desarrollar distintas estrategias tanto en los propios museos como en espacios extendidos hacia escuelas y barrios. Todo esto, con el fin de acortar las brechas de participación cultural y atraer a personas que nunca han visitado un museo”.

En cuanto a la movilidad, los visitantes aprecian la ubicación de los lugares. Por ejemplo, Francisca Farías, que no tiene auto propio, destaca la buena conexión de los recintos ubicados en el casco histórico: “Hay muy buenos accesos y los museos están cerca del metro, por lo que la gente puede acceder mucho mejor a lugares como este. En Vitacura hay muchas salas de exhibición, pero están más lejos y no son tan accesibles”.