Tranquilidad, pese al revuelto escenario financiero internacional -después del desplome de Wall Street del lunes-, es lo que transmitieron este martes los agentes del mercado local, anticipando que actualmente no hay razones para poner en duda la recuperación de la economía chilena en el presente ciclo.
Así, aunque se presume que una nueva caída de las bolsas es posible en el corto plazo, como ocurrió este martes con el índice Nikkei 225 de Tokio y el de Shanghái (ver nota secundaria) los analistas coinciden en que este escenario se dio por un "exceso de optimismo" en el mercado, más que por una reacción a un problema financiero-económico más complejo.
Reactivación sin riesgos
Según Benjamín Sierra, economista jefe de Scotiabank, la reactivación de Chile "no corre riesgo, en absoluto". Explicó que "esta caída de la bolsa en Estados Unidos es 'de libro', no tiene vínculo con una situación económica, solo evidencia condiciones técnicas, propias de los mercados".
Con esto, Sierra agregó que "la caída de la bolsa se disparó porque hubo algunos datos económicos de Estados Unidos mejores a lo esperado, lo que llevó al alza las tasas largas. De esta manera, se confirma que en marzo viene un alza en la tasa de la Reserva Federal (Fed), pero hay que entender que la Fed no está poniendo el pie en el freno, solo está sacándolo del acelerador".
En la misma línea, Waldo Rivera, economista de BBVA Research, indicó que "este es un ajuste financiero de activos que estaban sobrevaluados desde hace un tiempo, debido a que las cifras de inflación y actividad aún no acompañaban el discurso de la Fed", esto es, de tres incrementos en la tasa de interés de 25 puntos base a lo largo de 2018. Así, añadió que la situación "no debería poner en duda que el 2018 será un buen año para Chile".
Con la misma seguridad, Jorge Lorca, economista senior de Banchile Inversiones, manifestó que "me sorprendería profundamente que esta revalorización accionaria influyera en las perspectivas de crecimiento local, ya que el fundamento de la mayor actividad económica esperada radica en el precio del cobre y en el mejor ambiente de negocios local, ante una escasa base de comparación en 2017".
En tanto, y en esta misma línea, los expertos también anticiparon que no debería ser un problema para el gobierno entrante, un escenario de menor estímulo monetario a nivel global, en el sentido de tener peores condiciones financieras a lo esperado.
Alejandro Fernández, economista de Gemines, explica que "por ahora no hay consecuencias para el crecimiento posible de Chile, ni mayores dificultades desde una perspectiva financiera (costo de la deuda) o del flujo de capitales".
En la misma línea, Lorca planteó que "si bien es probable que las economías emergentes enfrenten condiciones de financiamiento externas menos auspiciosas, la misma aceleración de la actividad del mundo desarrollado brindará mayor dinamismo al comercio internacional, cifrado en 4,6% por el FMI, lo cual impactará positivamente en nuestro ciclo".
Por su parte, Sierra señaló que las tasas de interés son solo una parte del atractivo económico, explicando que "si hay un buen comportamiento de términos de intercambio, y un gobierno que demuestra buen comportamiento fiscal y, además, hay una economía que destraba su proceso de inversión, más que se revierte la situación de las tasas externas".
Empresarios listos para invertir
Con todo, la primera encuesta de Percepción de Negocios de 2018 el Banco Central, ratificó la visión empresarial de un "ambiente que ellos creen será más propicio para sus negocios".
Así, el BC destacó que los empresarios "han comenzado o pronto comenzarán a desarrollar sus planes de inversión", esto contra lo reiterado en las últimas tres encuestas del ente emisor, donde explícitamente el empresariado señalaba esperar el resultado electoral presidencial antes de concretar sus planes de inversión.
En tal sentido, la encuesta confirma que se espera este será "un buen año", algo que se vería con mayor claridad el segundo semestre.
Según lo analizó el Banco Central, ello estaría basado no solo en un escenario externo más favorable (sobre todo por el precio del cobre) sino también por expectativas empresariales respecto a "las políticas que aplicará el nuevo gobierno en diversas materias, como la tributaria y medio ambiental".