Unas 2.450 toneladas de salmones muertos es el saldo que ha dejado la ocurrencia del fenómeno conocido como "bloom" de algas en el sur del país. Aunque el tema ha generado alertas entre los actores de la industria, el director del Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca),
José Miguel Burgos, salió a poner paños fríos a la situación, pues a su juicio tanto las empresas como la autoridad han aprendido de los efectos del "bloom" ocurrido en 2016.
"Las capacidades del Estado y de la industria logística se incrementaron de forma importante tras el fenómeno del 2016", señaló la autoridad. "De todas maneras estamos hablando de que este es un fenómeno 20 veces menor al de hace dos años. El 100% de la mortalidad ya está siento transportado a la planta de harina de pescado", puntualizó.
Si bien el fenómeno empezó en la Región de Aysén luego se trasladó a la Región de Los Lagos, donde se produjo mortalidad de peces concentrada en dos empresas; Invermar y Aquachile.
La primera reportó el martes a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), la mortalidad de 1.600 toneladas de salmones, equivalente una pérdida de US$ 8,25 millones, la más grande registrada hasta el momento.
A esto se suma en menor medida la mortalidad de los salmones de AquaChile. Según explicaron desde la empresa, al 31 de enero la firma registraba un total de 23 millones de peces en la zona, valorados en unos US$ 167 millones, detectándose hasta ahora una afectación del 0,64% de la biomasa total.