Poco alentador es el futuro del proyecto hidroeléctrico San Pedro, de 170 MW, que lleva adelante la empresa Colbún, controlada por la familia Matte. A los problemas para su ejecución -las obras fueron paralizadas en 2010, cuando alcanzaban el 15% de avance- se suma la fuerte baja de los precios de la energía en los últimos años.

Esto último obligó a la compañía a castigar en torno a un tercio de lo invertido hasta ahora esa iniciativa, según informó Colbún en su último balance trimestral, correspondiente al ejercicio 2017.

En el último trimestre, la generadora realizó un deterioro de activos (impairment) por US$ 63 millones, donde el 71%, unos US$ 45 millones, corresponden sólo a San Pedro.

Este monto, según informó la compañía, "se deriva de reconocer que el desarrollo a futuro de este proyecto enfrentará precios de energía menores a los previstos al inicio de su construcción, y que toma en consideración la inversión ya realizada a la fecha".

Es decir, la empresa está reconociendo que el futuro desarrollo de este proyecto enfrentará menores precios de energía que los previstos en su valoración económica al inicio de su construcción.

"La baja en los precios de la energía responde a factores externos como, por ejemplo, precios de commodities, demanda eléctrica y la mayor presencia de fuentes renovables", complementaron desde la eléctrica.

La iniciativa fue paralizada cuando sumaba el 15% de su desarrollo total y cuando la empresa ya había invertido unos US$ 150 millones. El último cálculo sobre el costo total del proyecto consideraba que la iniciativa requeriría una inversión total de US$ 650 millones. Hasta ahora, la generadora no ha reingresado a tramitación el estudio de impacto ambiental con los cambios a su configuración original.

El gerente general de la eléctrica, Thomas Keller, explicó ayer en conferencia con inversionistas que esta decisión obedece a una visión más conservadora respecto al escenario de precios a futuro.

Pocos proyectos

"Hemos revisado los supuestos originales del proyecto San Pedro y, claramente, se ha producido un ajuste en las perspectivas de los precios y en las estimaciones de los márgenes (...) y estamos haciendo esto en todos nuestros proyectos", indicó Keller.

El ejecutivo añadió que San Pedro es uno de los proyectos que más recursos requerirá de su cartera de inversiones futuras y, salvo sorpresas en los precios, cosa que por ahora en la empresa no esperan, no se ven iniciativas nuevas en el corto y mediano plazo.

Además del castigo al proyecto San Pedro, Colbún también realizó ajustes contables a otras iniciativas de inversión, como la central a carbón Santa María 2 (US$ 10 millones), la que decidió no materializar; y otros ajustes menores que suman US$ 8 millones. No obstante, y pese a estos castigos, en 2017 Colbún anotó sus mayores utilidades históricas, alcanzando US$ 289 millones.

Respecto al futuro de la central San Pedro y su eventual reingreso a tramitación ambiental, desde la compañía indicaron que "no nos hemos fijado una fecha máxima, pero sí condiciones mínimas que apunten a una buena tramitación del proyecto, que tienen que ver con preparar un estudio que dé respuesta adecuada a todas las consultas formuladas por la autoridad en su oportunidad y también con seguir desarrollando un buen trabajo con las comunidades de la zona".

"Tenemos acuerdos de cooperación mutua con una decena de comunidades indígenas en la zona y mesas de trabajo con la comunidad para identificar oportunidades de desarrollo conjunto", añadieron desde Colbún.

Además de San Pedro, la empresa desarrolla el proyecto hidroeléctrico Guaiquivilo Melado (310 MW), ubicado en la Región del Maule. No obstante, la firma no ha tomado la decisión de invertir.