Más activas que nunca han estado por estos días las llamadas por celular y los mensajes vía whatsApp entre distintos actores que participan del mundo empresarial. La decisión de Alfredo Moreno de dejar la presidencia de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) para unirse al gabinete del presidente electo, Sebastián Piñera, caló hondo y dejó un vacío que tiene a varios empresarios y dirigentes gremiales haciendo gestiones para dar con un reemplazante de nivel.
Y es que la preocupación respecto de quién será el futuro inquilino de la casona de Monseñor Sótero Sanz trasciende a los presidentes de las seis ramas que componen la CPC, y llega incluso a los principales líderes de los grupos económicos del país, quienes ya han mantenido conversaciones en miras a encontrar a la mejor persona para representar al empresariado.
Y si bien es un hecho que habrá que esperar hasta marzo para tener un candidato definido, de momento lo que está claro es el perfil de quién deberá asumir la representación del sector privado. Con algunos matices, la gran mayoría de las fuentes consultadas por La Tercera cree que el próximo mandamás de la CPC debiera seguir la senda iniciada por Moreno y su impronta enfocada en recuperar las confianzas entre el mundo empresarial y la sociedad. El trabajo realizado por el ex canciller fue bien valorado entre sus pares -aunque también hay quienes critican que les haya dado tanta prioridad a los eventos 3xi- y por lo mismo son varios los que se han autoasignado la labor de head hunter en la búsqueda de su reemplazante.
Los candidatos
Cuando el lunes 22 de enero Alfredo Moreno comenzó a llamar a los presidentes de rama para informarles que dejaría la CPC para asumir el Ministerio de Desarrollo Social, de inmediato los dirigentes gremiales comenzaron a diseñar sus estrategias.
La Cámara Nacional de Comercio (CNC) y su presidente, Manuel Melero, dijo públicamente que veía en esta ocasión una gran oportunidad para conseguir el viejo anhelo de ocupar por primera vez la presidencia de la CPC.
Algunos en la Sociedad Nacional de Agricultura dijeron que ya que Moreno fue un candidato presentado por ellos, lo que correspondía era que ellos terminaran el período con un nuevo candidato de su sector. La Cámara Chilena de la Construcción (CChC) en un comienzo decidió apoyar esa posición. Ahí surgió un primer nombre: el del ex presidente de la SNA Patricio Crespo, opción que fue descartada por el resto de las ramas.
La posición del presidente de la Sofofa, Bernardo Larraín, pareciera ser la que finalmente se impuso: que en esta ocasión no correspondía pensar en a qué gremio le correspondía por turno ocupar el cargo, sino que lo importante era buscar al mejor candidato.
Desde ese momento los nombres que muchos empresarios mencionaron como eventuales candidatos fueron variados: los ex presidentes de Icare Juan Benavides y Guillermo Tagle, el presidente del Consejo Minero, Joaquín Villarino, entre otros.
Pero hasta el minuto son dos los hombres de negocios que corren con ventaja en esta carrera. Ambos han recibido llamados de apoyo de diversos sectores, y los dos han dicho que lo evaluarán durante el mes de febrero. Se trata del director ejecutivo de Forus y consejero de Sofofa, Alfonso Swett, y del actual gerente general de BBVA Chile, Manuel Olivares.
Diversas fuentes consultadas por La Tercera aseguran que el autor intelectual de la opción de Manuel Olivares fue el ex presidente de la CPC Andrés Santa Cruz, quien habló con él para animarlo a tomar el desafío. Otro que apoyaría su nombre es el mandamás de la multigremial, Rafael Guilisasti.
No obstante lo anterior, el primero en llamarlo para preguntarle su disponibilidad habría sido el propio Larraín Matte. En octubre pasado ambos viajaron a Silicon Valley, donde junto a otros 30 ejecutivos participaron de diversas jornadas empresariales.
Olivares también habría recibido el llamado de apoyo del presidente de la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (ABIF), Segismundo Schulin-Zeuthen.
Entre los que apoyan su opción destacan que se trata de un ejecutivo con una destacada trayectoria al mando del grupo BBVA en Chile, con amplias redes empresariales y conocedor del área previsional, reforma que copará parte de la agenda este 2018. También mencionan su experiencia en el mundo gremial: es presidente del comité de gerentes generales de la ABIF y encabeza la comisión de productividad de la propia CPC. Sus partidarios valoran que tiene buenas relaciones transversalmente y que no genera anticuerpos en ningún sector, lo que es visto como un activo relevante.
Olivares habría dicho que ve esta opción con interés, que lo evaluará, y que su único problema tiene que ver con el timming, pues su arribo a la CPC podría coincidir con los plazos en que se materializaría la venta del BBVA Chile al Scotiabank Chile.
A Alfonso Swett el que primero lo contactó, cuentan diversas fuentes, también habría sido Bernardo Larraín, quien le habría preguntado si estaba disponible e interesado en el cargo. Swett habría quedado de evaluarlo y responder a la vuelta de sus vacaciones en Ranco, a fines de febrero. Desde ese minuto, Swett habría recibido el llamado de empresarios y dirigentes de distintos sectores que lo han animado a asumir el cargo.
Entre sus atributos, sus más allegados destacan que su cercanía con el actual gobierno le permitiría tener un mayor nivel de influencia. Es amigo del recién nombrado ministro de Hacienda, Felipe Larraín, y se conoce desde hace muchos años con el presidente electo Sebastián Piñera. De hecho, Swett trabajó como coordinador de la propuesta en materia laboral del programa del candidato. También destacan que se trata de un empresario estudioso, muy conocedor de temas de políticas públicas. El director ejecutivo de Forus es conocido además por mantener una buena relación con la presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Bárbara Figueroa, lo que también es considerado como un activo.
Pero Swett también tiene algunos críticos que ven su figura como confrontacional, sobre todo por el rol que ocupó en la Sofofa en los años de presidencia de Von Mühlenbrock, donde se mostró como un duro opositor a su gestión, lo que lo llevó a dejar la mesa directiva.
"En todo caso, ambos son candidatos modernos, de la línea de Alfredo Moreno, que no están en la lógica del pasado", señala un ex presidente de la CPC.
Las definiciones
A las 8:30 horas del pasado martes 30 de enero, los seis presidentes de las ramas de la CPC llegaron a la casona de Monseñor Sótero Sanz. Era la primera reunión sin Moreno y quien haría de líder era el presidente interino, el representante del Comercio, Manuel Melero.
El futuro de la institución fue el tema principal de la cita, en la que también se recibió el borrador de la propuesta tributaria que hará la CPC en marzo. Sobre la elección del futuro presidente se evaluaron distintos escenarios, y si bien nadie se aventuró a dar nombres, sí quedó un asunto claro: ninguno de los presidentes de rama podría ser candidato.
El único que no estuvo de acuerdo en este punto fue Melero, quien en su afán por conseguir que el Comercio llegue a la presidencia de la CPC, ha dicho que él está disponible. Sin embargo, tampoco ha conseguido el apoyo de los grandes empresarios de su sector. En sus gestiones también ha llamado a diversos empresarios y ejecutivos de sus filas para entusiasmarlos a asumir. Uno de los contactados por Melero habría sido el presidente de Falabella, Carlo Solari, quien de inmediato se restó del proceso.
Otro de los temas que se abordó es si el mandato del nuevo presidente debiera durar un año -y así concluir el período que Moreno dejó inconcluso-, o dos años, como es habitual. Y si bien Melero, a la salida, dijo que "la tendencia" entre los presidentes de rama fue que el período debía durar un años, varios de los que participaron de la reunión lo niegan y aseguran que el tema quedó abierto y que dependerá de lo que diga el candidato que encuentren.
Las voces de los empresarios
Una de las características que está primando para elegir al próximo presidente es que sea una persona capaz de continuar con los encuentros 3xi que impulsó Moreno, y en los que logró reunir a toda la élite empresarial junto a otros estamentos sociales, eventos que tenían como fin último mejorar la relación entre el sector privado y la sociedad.
"El ideal sería que en la Confederación se eligiera a una persona que continúe la tarea que había emprendido Alfredo Moreno", reconoció Luis Felipe Gazitúa, presidente de Empresas CMPC.
Por su parte, Nicolás Ibáñez aseguró que el próximo presidente de la CPC "tiene que ser una persona que oriente a todos los estamentos de la producción y el comercio en los desafíos de la modernidad, más que en la defensa de intereses gremiales, que puedan ser muy legítimos".
"Lo más importante es que no existan derechos adquiridos, sino que sea el mejor candidato, y que mantenga la línea de lo que estaba haciendo Alfredo Moreno", asegura Juan Eduardo Errázuriz, presidente de Sigdo Koppers.
Patricio Crespo, ex presidente de la SNA y uno de los impulsores de Moreno a la CPC, enfatiza que antes de buscar el candidato se debe responder "¿qué es lo que quiero? y ¿para qué lo quiero?, si no tenemos eso listo no sirve de nada poner nombres". En este contexto, añade que el próximo candidato, "debe terminar la tarea de Alfredo y debería tener como eje central enfrentar el desafío de la descentralización. Los gremios no estamos articulados a nivel de región".
En tanto, fuentes al interior de la CChC aseguraron que "tenemos que hacer una búsqueda con sentido flexible y de calidad. Hasta ahora tenemos dos perfiles, uno los gremialistas y otro los empresarios, y quiero dejar en claro que ser gremialista no implica que no sea empresario, nuestro trabajo es igual de duro que el de los demás".
Con matices, Moreno también tiene sus críticos. Un importante empresario valora el rol jugado por el ex canciller, sin embargo, asegura que éste puso todas sus energías en la organización de los 3xi, dejando de lado su papel en el desarrollo de las políticas públicas. "En la tramitación de la ley del Sernac, por ejemplo, Moreno no tuvo ningún rol", dijo este empresario.
La distante relación de la CPC y el primer gobierno de Piñera
El primer gobierno de Sebastián Piñera no se destacó por ser proempresario, al contrario. Esto, porque sorprendió al mundo de los negocios al anunciar que había acordado, con la empresa GDF Suez, cambiar la ubicación de la termoeléctrica Barrancones, planta que ya contaba con las autorizaciones ambientales.
En ese entonces presidía la CPC Lorenzo Constans, que a sólo meses de haber asumido debió enfrentar el duro cuestionamiento que se le hizo al sector empresarial a raíz del caso La Polar, y que él calificó como "un terremoto social que socavó el prestigio de los empresarios chilenos"; la discusión de proyectos de ley como el Sernac Financiero, el posnatal de 6 meses y la reforma tributaria.
Como por si fuera poco, se sumaron las polémicas del caso de Agrosuper en Freirina y la arremetida del Sernac contra el cobro por los estacionamientos en centros comerciales. Todos, episodios que distanciaron al gobierno del sector empresarial.
Según palabras de Constans, en una entrevista, su estilo siempre fue conciliador y abierto al diálogo, y aseguró que tal vez con todo lo que ocurrió "había que golpear la mesa, pero no es mi estilo, no me sale fácil".