La "buena noticia para Chile", que fue cómo se presentó en enero el acuerdo firmado entre Corfo y SQM, y que puso término a un extenso arbitraje entre ambas, se convirtió, a juicio de algunos actores del mercado, en una especie de arma de doble filo.
¿La razón? El aumento en la cuota de extracción a la que accedió SQM -lo que también está tramitando Albemarle, el otro gran actor del salar de Atacama- podría generar una sobreoferta en el mercado, lo que según un reporte de Morgan Stanley divulgado el lunes, arrastraría los precios a la baja en hasta 45%.
Morgan Stanley sostiene que el esperado "boom" de la movilidad eléctrica no será suficiente para compensar el aumento de la producción del mineral de unas 500 mil toneladas que entrarán al mercado gracias a los acuerdos suscritos por Corfo, tanto con SQM como con la estadounidense Albemarle, lo que podría tener un efecto catastrófico en los precios pues se sumará a las iniciativas en curso en otros países.
La publicación generó un desplome de las acciones de SQM en el mercado nacional, que cayeron 9,02% el lunes -aunque se recuperaron 0,97% el martes-, lo que vino a profundizar la reacción a la baja del mercado generada luego de la firma del acuerdo. Desde el 17 de enero, fecha en que se firmó la tregua entre la minera y la agencia estatal, la acción serie B de la minera pasó de cotizarse en $ 36.424 a $ 31.575 el martes, es decir, un descenso de 13%.
¿Qué sustento tiene el informe de Morgan Stanley? Diversos expertos mineros consultados por La Tercera plantean que si bien hay puntos que van en la línea correcta, el pronóstico es, al menos, exagerado.
"El informe de Morgan Stanley subestima la capacidad de, precisamente, productores de bajo costo como SQM y Albemarle, para ejercer poder de mercado y de cierta forma entregar señales a la industria para evitar que se produzca sobreinversión y luego excesos de producción. Este es un mercado al final de cuentas pequeño, donde la capacidad de influencia de productores grandes es importante", explica Juan Carlos Guajardo, director ejecutivo de la consultora Plusmining.
A su juicio, la velocidad del ajuste de precios dependerá de la tasa de incremento de la demanda de litio, la que está sujeta a cuán rápida sea la penetración del auto eléctrico.
Dudas sobre los proyectos
Una visión similar tiene la socia de Signumbox, Daniela Desormeaux, quien sostiene que en el reporte de Morgan Stanley ellos están asumiendo que los anuncios de nueva capacidad productiva se transformarán automáticamente en oferta de manera directa, lo que ella pone en duda.
"La industria del litio no es como la del petróleo, en donde las decisiones de la Opep afectan de inmediato la cotización del barril. Creo que el mercado se irá equilibrando, pero ello tomará tiempo. Las especificaciones técnicas de los productos que utiliza la industria de batería son exigentes y complejas y representan una barrera de entrada al mercado. Un ejemplo de ello es un proyecto en Argentina que le ha costado más de lo que se pensaba en lograr alcanzar su capacidad teórica de planta y aún no la alcanza", complementa la experta.
"Por otra parte, tenemos una demanda que, en nuestro escenario base crecerá en torno al 10% promedio por año, por tanto, no vemos espacios a caídas abruptas en el precio del litio, al menos en el corto plazo", indica.
El ex subsecretario de Minería e investigador de Libertad y Desarrollo, Francisco Orrego, también descarta un efecto tan fuerte en los precios, pero asegura que el fondo de la discusión debería ser el cobre, mercado que es varias veces más grande que el litio y que no siempre tiene la atención que se merece.
El director de Nexis Consulting, Mauricio Mora, tiene una visión distinta, pues, a su juicio, efectivamente el litio va a tender a bajar, pues en los próximos años se pondrán en marcha varios proyectos que llevarán el precio desde los actuales US$ 10 mil por tonelada de carbonato de litio a un rango de entre US$ 8.000 y US$ 6.000.
"Respecto de la baja de la acción de SQM, no es algo que debiera alarmarnos, principalmente porque su acción está sobrevalorada por el llamado boom del litio", argumenta.
En tanto, Gustavo Lagos, académico de la UC, advierte que el nuevo permiso de producción de SQM es "enorme", por lo que se deberá examinar con sumo cuidado cómo se aprovecha sin afectar negativamente el precio. "Si coloca toda la producción que tiene autorizada eso sería un desastre para el precio del litio. Si, por otra parte es demasiado conservadora, es muy posible que no alcance a producir toda la cuota antes de 2030, cuando expira el permiso", complementa.
Sobre el precio, anticipa que este debiera ceder debido a mayor oferta en 2018, pero en forma más bien moderada. "No anticipo un desplome de éste en 2018 o en los años que le siguen", explica.
Por último, el vicepresidente ejecutivo de Corfo, Eduardo Bitran, es más optimista y anticipa que el litio se convertirá en la segunda mayor industria de exportación de Chile, después del cobre, y aportará más de US$ 13 mil millones al Estado, la región, las comunidades e I+D.
"Las modificaciones de contrato con SQM y Albemarle permiten que Chile consolide su liderazgo como el mayor proveedor de litio del mundo, con el 45% de la oferta mundial", plantea, y añade que "algunos informes están suponiendo más producción que la posible tanto en Chile como en el resto del mundo. Chile tiene el 52% de las reservas mundiales y el menor costo de producción del mundo, por lo que varios proyectos en otros países se están cayendo o postergando, porque son más caros e ineficientes, además de la dificultad para desarrollarlos dentro de los plazos de diseño".