Como un sector sin crecimiento, comparable a Las Vegas de la década de 1990, principalmente por una ley que no está acorde a los tiempos, califica a la industria de casinos de juegos el ex superintendente del ramo, el primero que tuvo el sector entre 2005 y 2012, Francisco Javier Leiva. Al hacer un análisis de los primeros 10 años de operación de los casinos, bajo la Ley 19.995, Leiva señala que materias como los juegos on line, las salas de máquinas y las condiciones para las licencias de operación, que deben empezar a renovarse en 2023, son algunos de los aspectos que debería considerar la actualización de la normativa. En ese sentido, acusa que falta voluntad política y también una visión prospectiva de la superintendencia.
¿Cuál es su visión sobre la industria de casinos?
La industria de casinos se ha estancado. La ley del 2005 significó una actualización, porque estábamos atrasados comparado con otras legislaciones internacionales, pero ya han pasado más de 10 años de la promulgación de la ley original y hubiera esperado más actualizaciones. La ley fue buena en 2005, pero los cambios tecnológicos la han hecho quedar rezagada.
¿En qué sentido?
Por ejemplo, con las renovaciones y licencias, que tiene que ver con que el procedimiento de cómo se repostulan los originales o los nuevos postulantes, está insuficientemente abordado en la ley vigente. También hay materias como los juegos on line y el de las salas de máquinas fuera de los casinos. Si uno observa las regulaciones de la mayoría de los países de la Ocde, los casinos físicos, los juegos on line, las salas de máquina y loterías están bajo un mismo marco normativo y una misma autoridad que los regula y los fiscaliza. En Chile falta una visión sistemática.
¿Qué es lo más urgente?
Lo más urgente es hacerse cargo del marco que va a regular la renovación de los casinos. La mayoría empezó operar en 2008 y su permiso terminará en 2023. Por lo tanto, lo peor sería que se repitiera la mala historia de los casinos municipales. Hay cinco años para hacerlo bien. Lo segundo, es que si se va a hacer ese cambio, se aproveche la oportunidad para hacer adecuaciones globales, incorporaría juego on line y las máquinas de la calle.
¿Cuánto podrían aportar esos negocios en impuestos?
Con supuestos conservadores, los juegos de la calle podrían aportar en impuestos entre US$ 100 millones y US$ 200 millones anuales, que es un tamaño similar o un poco menor a lo que aportan los casinos. Eso está muy condicionado por el impuesto específico que paguen. Este cálculo es en función de que las máquinas paguen 5% de impuesto. Los juegos on line deben estar en un orden similar. Si se regula bien a casinos, juegos on line y máquinas de la calle se podría pensar en ingresos fiscales por tributos entre US$ 300 millones y US$ 450 millones.
Con la modificación que se hizo a la normativa en 2015, ¿no se logró incluir estos aspectos?
Con la ley del 2015, donde se corrigió el problema de los casinos municipales, lamentablemente no se hizo. Se desaprovechó la oportunidad para hacer una actualización y eso tuvo que ver con gestión y con que no hubo voluntad política. Pero esto también requiere que la autoridad que está a cargo de fiscalizar y regular tenga esa visión prospectiva de estar atenta a los cambios que están ocurriendo a nivel internacional y sugerir a las autoridades de que si no se hacen esos cambios, la industria se va a estancar y eso es lo que ha pasado.
¿Qué otros problemas ve en el sector?
Hoy es muy complejo para la industria contar con máquinas y programas de juego modernos, porque hay todo un proceso burocrático. Ese es un factor que muestra a una industria comprimida. En la industria de casinos el nivel de los ingresos y el de los visitantes está estancado.
¿A qué industria de otro país se asemejan los casinos chilenos?
Estamos en los 90 de Las Vegas, que es el número uno y el modelo que uno debe mirar. Con la ley del 2005 Chile se puso a tono de los casinos y estaba encima de Colombia, pero ahora ese país está con una normativa reguladora mucho más actualizada.
¿Hay condiciones para que ingresen más actores?
El marco legislativo chileno limita la cantidad de casinos y ya hay 24, 23 operando y uno en construcción (Casino de Chillán) y no hay cupos disponibles. Pensar en que entren más competidores es difícil. Es un mercado restringido y la única manera para que ingrese un nuevo operador es que compre operaciones ya existentes. Si no se actualiza el marco legislativo que existe, no van a entrar nuevos operadores.
¿Cómo proyecta al sector?
La industria está estancada, con ingresos sin grandes crecimientos anualmente. Creo que ya están en su nivel y se mueven en torno a esa cifra.