Con el argumento de que está defendiendo la seguridad nacional, el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, oficializó ayer el incremento de aranceles de 25% al acero y 10% al aluminio importado. Y las reacciones no se hicieron esperar ante el temor a una guerra comercial, tal como ocurrió cuando hace una semana el mandatario norteamericano hizo el anuncio.
"Hoy defiendo la seguridad nacional de Estados Unidos al aplicar aranceles al acero y el aluminio. Tendremos un arancel de 25% al acero extranjero y de 10% al aluminio", dijo el mandatario en la Casa Blanca poco antes de firmar una proclamación con la medida.
Los nuevos aranceles entrarán en vigor en un plazo de 15 días, explicó Trump, y en ese tiempo "veremos quienes son los que nos tratan de forma justa y quienes no".
El presidente apuntó que los controvertidos aranceles "por ahora" no se aplicarán a México y Canadá, dos países que renegocian con Estados Unidos los términos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Ambas naciones vecinos de Estados Unidos rechazaron que la exención de la tarifa esté condicionada a la negociación del TLCAN. "El proceso de negociaciones para la modernización del TLCAN sigue su curso de manera independiente", apuntó el ejecutivo mexicano, mientras que el canadiense aseguró lo tratarán "como dos temas por separado".
En Bruselas, la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malström, sostuvo que "la UE debería ser exonerada" de los aranceles aduaneros dispuestos por Trump. "La UE es un aliado cercano de Estados Unidos y seguimos pensando que la UE debería ser exonerada de estas medidas", afirmó en Twitter.
Desde Brasil, en tanto, las autoridades dijeron que las medidas anunciadas "causarán graves daños a las exportaciones brasileñas y tendrán enorme impacto negativo en los flujos bilaterales de comercio, ampliamente favorables a Estados Unidos en los últimos 10 años". Brasil, el segundo mayor abastecedor de acero a Estados Unidos, consideró que la medida de Trump tendrá "graves perjuicios a las exportaciones brasileñas", y advirtió de que recurrirá a "todas las acciones necesarias" para preservar sus derechos.
El gobierno de Francia "lamentó" el anuncio de Trump sobre las tarifas y advirtió de que "una guerra comercial sólo dejará perdedores". Londres, más tibio, estimó que era una "manera incorrecta" de actuar.
Potencias asiáticas
Anoche Japón y China insistieron, tal como advirtieron la semana pasada, que la medida adoptada por EE.UU. "podría tener un grave impacto en las relaciones" entre ambos países y "también que podría desembocar en una guerra comercial con un fuerte impacto en la economía global.
China pidió anoche a Estados Unidos que retire "lo antes posible" los nuevos aranceles sobre las importaciones de acero y aluminio, porque, según advirtió, tendrán un "grave impacto" sobre el comercio internacional.
El Ministerio de Comercio chino advirtió de que tomará medidas contra la nueva imposición anunciada este jueves y que afectará a todos los países que vendan a EEUU, a excepción de momento de Canadá y México. "China insta a EEUU a que respete a la autoridad del sistema multilateral del comercio y retire las medidas pertinentes lo antes posible", señaló el ministerio en un comunicado.
Japón, en tanto, criticó este viernes la decisión Trump, afirmando que estos pueden dañar las relaciones económicas entre los dos aliados. "La medida podría tener un grave impacto en la relación económica entre Japón y de Estados Unidos (...) y también en la economía global", dijo el ministro de Relaciones Exteriores, Taro Kono, que calificó la decisión como "lamentable".
En cambio, uno de los beneficiados, Canadá aplaudió este viernes la decisión de Estados Unidos de excluir Canadá de los aranceles aduaneros por la importación de acero y aluminio pero advirtió que "hay más trabajo por hacer". La ministra de Asunto Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, señaló hoy durante una rueda de prensa que la decisión de Washington de excluir a Canadá y México de los aranceles "es un paso adelante".