El empresario Juan Claro es uno de los más emblemáticos ex presidentes de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC). Ocupó el cargo entre los años 2002 y 2004 y en ese momento debió negociar la recordada Agenda Pro Crecimiento con el entonces ministro de Hacienda Nicolás Eyzaguirre. Como ex inquilino de la casa de Monseñor Sótero Sanz, Claro tiene derecho a voto en las elecciones del próximo 2 de abril donde se definirá al futuro mandamás del empresariado, en reemplazo de Alfredo Moreno. Hoy son dos los nombres en carrera: Alfonso Swett y Patricio Crespo.

¿Qué candidato prefiere?

Yo voy a apoyar y mi voto será para Alfonso Swett.

¿Por qué?

Es un buen candidato, viene a reforzar esta nueva generación de dirigentes empresariales. Es una persona con experiencia y compromiso en el campo de las políticas públicas necesarias para el desarrollo de Chile. Es una persona abierta al debate público, con altura de miras, que pone el proyecto país por encima de las cosas corporativas o particulares. Y finalmente, creo que Alfonso forma parte de este grupo de nuevos dirigentes que le ponen quilla valórica a sus propuestas, es decir, son capaces de ir construyendo una visión que incorpore a la ciudadanía a un proyecto de desarrollo cuyo centro está en los temas sociales. Y yo creo que ese es el gran desafío que tiene esta nueva generación de dirigentes a futuro.

¿Por qué no Crespo?

Patricio Crespo es una gran persona pero creo que Alfonso representa mejor lo que acabo de decir.

Ud. fue pdte. de la CPC mientras R. Lagos era Presidente y le tocó desarrollar la Agenda Pro Crecimiento. ¿Cuán distinto es ahora es el ejercicio gremial?

El escenario de la economía política es distinta. La sociedad ha cambiado. Hacer una Agenda que convoque al desarrollo del país, alejado de los derechos particulares y corporativos, y con una visión de futuro, creo que ese desafío se mantiene. La diferencia, y esto lo ha entendido muy bien la nueva generación, es que este es un país con más participación y por lo tanto las discusiones tienen que ser más abiertas, públicas. Para eso el presidente de la Sofofa (Bernardo Larraín) y Alfonso Swett harían una estupenda.

Es decir, algo como lo que ustedes hicieron esos años, hoy no podría ocurrir…

Ha cambiado, hay algunas cosas que son parecido. La ciudadanía aprecia que en términos transversales haya una visión de desarrollo eficaz que permita que este país sea más desarrollado, donde la economía se mueva en un ambiente no burocrático, con innovación y competencia, y donde haya un crecimiento capaz de generar más y mejores empleos y resolver los problemas sociales. Eso sigue vigente. La forma de hacerlo es distinta y creo que esta nueva generación está mucho mejor preparada para eso, en el sentido que son discusiones menos elitistas y más abiertas. En ese sentido, esta nueva generación ha demostrado que tiene capacidades propias de la juventud para llevar eso delante de una manera mucho más eficaz.