Al menos US$ 4.600 millones, equivalentes a cerca de $ 2,8 billones, alcanza a la fecha la deuda tributaria morosa que recibirá la próxima administración. Estos compromisos corresponden a deudas por no pago del impuesto a la renta, IVA, contribuciones y multas, entre otros. En 2017, ese monto se empinaba hasta los $ 3,6 billones (US$ 6.000 millones), de los cuales la Tesorería General de la República, a través de acciones de cobranza, recuperó $ 874.232 millones (unos US$ 1.441 millones) de gravámenes adeudados.
Esta cifra de recupero de la cartera morosa en 2017 (23,6% del total), representa un nuevo récord desde 2010 y un alza de 6,5 puntos desde 2014 (ver infografía). Así lo dará a conocer hoy el Tesorero, Hernán Frigolett, durante la presentación de la Memoria Anual de la institución. En este sentido, Frigolett explicó a La Tercera que "esto es parte del cómo la Tesorería contribuye a mantener a raya la evasión tributaria", agregando que "nuestro aporte, complementario a la fiscalización del Servicio de Impuestos Internos, fue salir a recortar los períodos de recuperación de la deuda tributaria morosa".
En 2017, la Tesorería demoró un período de 33,5 días promedio en notificar a los contribuyentes desde el momento que se generó una mora de pago, lo que de acuerdo a la autoridad "ha tenido un efecto importante en que los contribuyentes reaccionen más rápido, sea pagando, o acogiéndose a un convenio de pago".
Pero cuando estos procesos de notificación no bastan, la Tesorería (TGR) tiene que mostrar su cara menos feliz, lo que lleva al proceso de embargos y remates de bienes raíces, vehículos, y en cada vez mayor medida, activos financieros.
De hecho, esta es una de tantas innovaciones que destacó el tesorero, señalando que "ampliamos la garantización de la deuda, incrementando fuertemente los embargos, pasando a los instrumentos financieros. Hay cuentas corrientes, depósitos a plazo, fondos mutuos, entre otros. Estamos mucho más sesgados hacia estos embargos que los bienes raíces". Estos procesos, que implican congelar los activos, para luego generar el cobro de la deuda, crecieron en 43% en 2017, llegando a 29.063 embargos.
Respecto del total del monto de la cartera morosa del año pasado, más de US$ 1.845 millones se encontraban en proceso de demanda a agosto por parte de la institución.
Reforma tributaria
Adicional a los procesos de cobranza, la TGR también viene aplicando una nueva política de condonación de deuda tributaria al alero de la reforma de 2014, que como explica Frigolett, busca "dar una señal clara al contribuyente, de que va a tener mayores beneficios mientras más pronto sea el pago de la deuda". Agregó que "en 2018 seguiremos profundizando de manera que la deuda tributaria está siendo prontamente gestionada por Tesorería".
Cabe recordar, que Frigolett fue renovado en su cargo por Alta Dirección Pública en octubre de 2017, por lo que -de no mediar cambios por parte de la nuevo gobierno- podría seguir en funciones hasta septiembre de 2020.
Con todo, Frigolett aprovechó el contexto de la Cuenta Pública y la presentación de la Memoria para defender la recaudación generada por la reforma tributaria, planteando que si se cumple el incremento de la carga que se proyectó para su aplicación en régimen, "probablemente el déficit efectivo de 2018 sea bastante menor que el presupuestado (-1,9%). Con el mejor precio del cobre y el alza de la economía, podríamos bajar a -1,5% del PIB, o menos".
De hecho, Frigolett aseguró que "el incremental de la carga tributaria producto de la reforma de 2014 indudablemente será de tres puntos del PIB", tal como se indicó al momento de presentar el proyecto de ley en el Congreso el primer año del gobierno.
"Si se crece en torno a 3,5% en 2018, y la carga tributaria está en torno a 22% del PIB, deberíamos tener una recaudación en torno a US$ 8.000 millones", aseguró el tesorero.