Antes de que los mercados accionarios de Estados Unidos abrieran este miércoles, se dio a conocer el informe de inflación de enero, que mostró una fuerte aceleración en los precios.
La reacción en los futuros del Dow Jones y del S&P 500 fue inmediata: los leves avances de las primeras horas dieron paso a retrocesos que superaron el 1%.
Los expertos temían que los indicadores pondrían fin al repunte de los últimos tres días, pero ese no fue el caso. Los dos principales índices de Wall Street abrieron con ligeros aumentos, que se profundizaron durante la sesión.
Al cierre de la jornada, el Dow Jones trepó 1,% y el S&P 500 se incrementó 1,34%. Así, sumaron cuatro días al alza y volvieron a terreno positivo en lo que va de 2018.
Una de las razones por las que los traders ignoraron el reporte de inflación fue el hecho que el dato anual sigue estando contenido.
Joseph LaVorgna, economista jefe para las Américas de Natixis, aseguró a Reuters que la cifra más reciente debe ser contextualizada.
"La tasa subyacente año sobre año todavía está por debajo de 2%", la meta de la Reserva Federal, indicó.
El experto acotó que la medición preferida del banco central, llamada PCE subyacente, "es incluso más baja", ubicándose en 1,5% en diciembre.
En esa línea, Rick Meckler, presidente de LibertyView Capital Management, comentó a la misma agencia que "por sí misma, la inflación, particularmente impulsada por una mayor demanda, no es necesariamente negativa para las acciones".
A su juicio, la preocupación es si es que los rendimientos de los bonos suben bruscamente en respuesta a la mayor inflación.
Este miércoles, el retorno del título del Tesoro a 10 años se elevó hasta 2,91%, su nivel más alto desde enero de 2014.
"Quizás si es que viéramos que el rendimiento continúa subiendo, si aumentara más allá de 2,9%, podría golpear a las acciones", manifestó Michael Antonelli, director gerente para transacciones de ventas institucionales de Robert W. Baird.