1- El entrevero de Allamand y Lavín

width="840"

La noche del 30 de junio de 2013 es recordada por varios motivos en la entonces Alianza por Chile. Pero es uno el relato que marcó la jornada.

Pablo Longueira (UDI) se había impuesto por un estrecho margen a Andrés Allamand (RN), 51,37% versus 48,63%, pero no hubo un saludo público esa noche entre ambos candidatos.

El ex ministro de Defensa aceptó su derrota a eso de las 20 horas del domingo, en un discurso en la sede de RN, y luego se subió a un auto rumbo a la sede de la UDI junto a su esposa, Marcela Cubillos, y los diputados Nicolás Monckeberg y Pedro Browne.

La puesta en escena que coronaría el triunfo del abanderado de la Alianza por Chile había sido negociada con anticipación: Monckeberg y el jefe de campaña de Longueira, Joaquín Lavín, acordaron que el candidato perdedor iría a saludar al presidenciable único del sector y harían un gesto de unidad.

Pero el clima de agresividad instalado en la sede gremialista hizo que Allamand terminara por perder la paciencia.

Según recuerdan dirigentes que estuvieron ese día en la casona UDI, apenas el senador RN se bajó de su auto fue increpado por militantes que lo insultaron y empujaron. A pesar de eso, Allamand entró a la sede y se resignó a subir las escaleras para saludar a Longueira, quien se ubicaba en un segundo piso.

Una foto que subió a Twitter el ex diputado Giovanni Calderón fue el único registro del encuentro de ambos.

Indiferente a la molestia que había en el candidato ya derrotado y el pequeño grupo de RN que lo acompañaba, Lavín instó a Allamand: "Andrés, hay que salir al balcón. Ahora".

Los que estuvieron ahí señalan que Lavín ni siquiera saludó a Allamand y comenzó a apurarlo para que apareciera en el balcón de la sede gremialista junto a Longueira. La réplica del senador RN no se hizo esperar ."Tú no tienes límites", le espetó.

Ante la insistencia del actual edil de Las Condes, Allamand perdió definitivamente el control: "¿Hasta cuándo me humillas, conche..?".

El insulto sorprendió a la mayoría de los dirigentes gremialistas que se encontraban en ese segundo piso. Por pocos minutos se intentó retener a Allamand para que se concretara el saludo, pero fue infructuoso. "Marcela, vámonos", dijo el actual senador RN, quien bajó las escaleras sin despedirse de nadie.

Hoy, miembros del círculo de Allamand recuerdan el episodio y se apuran en decir que la UDI quiso darse un "gustito". El candidato perdedor había dado un discurso aceptando la derrota, hizo un gesto de unidad y finalmente en la sede de calle Suecia "no hubo un respeto mínimo".

Longueira quedó esperando. Sólo a la mañana siguiente Allamand y el ex ministro pudieron fotografiarse a solas en un café capitalino junto a sus esposas.

2- Escalona enciende la mecha

Gomez 5 .jpg

Una particular negociación entre los dos candidatos de la entonces Concertación para definir al abanderado que buscaría suceder a Michelle Bachelet - Eduardo Frei (DC), apoyado además por el PS y el PPD, o José Antonio Gómez, líder de los radicales- se produjo durante 2009.

Los tres partidos que apoyaban al ex mandatario impulsaron un método de "primarias regionales" abiertas a militantes de las colectividades convocantes e independientes. Quien lograra sacar una ventaja superior al 20% respecto de su contendor sería automáticamente proclamado. El comando de Gómez -en posición minoritaria, aceptó, porque además estaba en juego la inclusión del PR en la lista parlamentaria del bloque.

La primera fecha fue programada para el 5 abril de ese año, en las que votarían las regiones de O'Higgins y Maule, ambas con fuerte presencia DC.

Cuando llegó el día de la votación, ambos comandos tenían un sistema de conteo paralelo. Según el equipo del senador radical, durante la tarde Gómez superaba el 40% de los votos, por lo que podrían realizar una nueva fecha.

Sin embargo, a eso de las 17 horas, el sistema computacional de los organizadores de la primaria se cayó.

Una vez que se retomó, la carta del PR aparecía con un 38% de los sufragios y en su comando comenzó la sospecha en torno a la veracidad de esos datos. Todo esto, a poco del cierre de la jornada.

Cuando aún los radicales discutían si reconocer el resultado, a eso de las 21 horas, vieron por TV a Eduardo Frei y el resto de los dirigentes de la Concertación subirse al podio para celebrar su triunfo. Gómez, entonces, corrió hasta el lugar, en los salones de Codelco, y se subió al escenario.

Por la espalda el entonces senador y presidente del PS, Camilo Escalona, comenzó a increpar a Gómez. "Te querías dar un gustito conchetu...", fue una de las frases que le dijo y que los canales de TV captaron en vivo.

El radical, quien además acusó golpes y canillazos, se volvió y lo apartó con fuerza. La imagen impensada de un conato en el endeble escenario tensionó el ambiente. Escalona fue neutralizado por diversos militantes.

El episodio -que reflejaba las fracturas de la coalición oficialista- fue el preámbulo de la dura derrota que tendría Frei frente a Sebastián Piñera: por primera vez, en 25 años, la derecha llegaba al poder.

3-Una franja de TV a la medida de Longueira

width="840"

El 29 de abril de 2013, Pablo Longueira -que se desempeñaba como ministro de Economía- dejó el gobierno de Sebastián Piñera para asumir la candidatura presidencial de la UDI en reemplazo de Laurence Golborne.

Al mismo tiempo en que Longueira se embarcaba a última hora en la accidentada campaña presidencial, el Congreso discutía el proyecto de ley para que las primarias legales que debutarían en junio de ese año contaran con una franja televisiva para todos los candidatos.

Sin embargo, para sorpresa del Ejecutivo, la tramitación no fue nada de fácil.

Luego de que el gobierno vetara una indicación que incluía la propaganda televisiva en el proyecto que perfeccionó la inscripción automática, decidió ingresar una propia, pero tenía el tiempo en su contra: restaban solo dos meses para la primaria presidencial.

Las primeras críticas, tanto de los diputados oficialistas como de oposición, fueron en relación a lo "exprés" de la tramitación. Pero la discusión más álgida se dio en el Senado, donde los representantes de RN le enrostraron al Ejecutivo no poner urgencia al proyecto.

Cercanos a la candidatura de Andrés Allamand, que trabajaron en la campaña de esa época, atribuyen esa negativa de la bancada UDI y del entonces ministro Segpres, Cristián Larroulet, a una "maniobra" del comando de Longueira para eliminar la franja televisiva.

Según dirigentes de la por entonces Alianza por Chile, Longueira habría preferido no contar con una franja debido al poco tiempo que tenía para realizar una y a lo costoso que sería para su candidatura.

Así, con la presión de varios senadores gremialistas -como Juan Antonio Coloma y Jovino Novoa (que incluso presentó un requerimiento ante el Tribunal Constitucional)-, el proyecto fue sustantivamente modificado a como entró. Si el original establecía 20 días de franja televisiva, finalmente quedó una norma transitoria para esa primaria de seis días y con una duración de 15 minutos.

4-Una primaria para Frei

frei

Un almuerzo, con comida árabe, en casa de los padres del entonces timonel del PPD Sergio Bitar, en calle El Bosque, definió a fines de abril o inicios de mayo de 1993 el curso de lo que serían las primeras primarias presidenciales del oficialismo.

A la cita llegaron los DC Eduardo Frei y Gutenberg Martínez, los PPD Ricardo Lagos y el propio Bitar, y el entonces presidente del PS, Germán Correa.

La DC pretendía que el candidato presidencial de la Concertación se definiera por acuerdo político, tal como había ocurrido en 1989 con Patricio Aylwin. Además, defendían el principio del "derecho adquirido" y ser el partido político más grande, todo lo cual reforzaba las posibilidades de que Frei fuera designado como abanderado de la coalición. Por el contrario, el PPD y el PS reclamaban la alternancia en el poder y el hecho de que Lagos figuraba en las encuestas como el principal líder del sector.

Pese a que las diferencias eran significativas al interior de la coalición y no existía aún la ley de primarias, afirman algunos de los asistentes a ese almuerzo, todos mostraron disposición para alcanzar acuerdos y lograr una fórmula que permitiera avanzar hacia procesos más participativos, "lo que contrasta con lo ocurrido ahora en el oficialismo", señala Bitar.

Fue en ese almuerzo que se fijaron las condiciones para realizar las primeras primarias no legales de la Concertación, al establecer el número de militantes y de adherentes que podrían participar de la convención presidencial, las que favorecían ampliamente a la candidatura de Frei. Para que Lagos pudiera ganar, debía obtener a lo menos el 72,3% de los votos de los adherentes. Sin embargo, el acuerdo también fijaba un piso mínimo para el candidato derrotado, a fin de que no quedara mellado su liderazgo.

Lagos aceptó, en el entendido de que ese paso implicaba prepararse para el futuro, pues quedaba instalado como el candidato más potente para las elecciones del 99.

5-El fantasma del partido propio de Ossandón

width="840"

Marzo de este año fue un mes decisivo para Chile Vamos. Aún no se oficializaba si el ex Presidente Sebastián Piñera iniciaría una carrera para llegar por segunda vez a La Moneda, en Evópoli ya contaban con el diputado Felipe Kast como candidato presidencial y el senador Manuel José Ossandón había anunciado hacía bastante tiempo sus deseos de competir en la elección presidencial, pero había renunciado a RN el año pasado y había dejado abierta la puerta para participar en las primarias de su sector o en la primera vuelta de noviembre.

Tras el receso de vacaciones de verano, los partidos de Chile Vamos comenzaron una carrera frenética para convencer a Ossandón de que participara en las primarias. El cálculo era fácil: el senador haría de Piñera su flanco predilecto de críticas y mientras más tiempo mantuviera su postulación peor podría ser el daño.

Pero durante las dos primeras semanas de marzo Ossandón mantuvo en suspenso su decisión.

Fue durante ese tiempo que su comando comenzó a analizar diversos escenarios: desde participar en la primaria, competir en primera vuelta como independiente -de hecho, reunió en pocos días las 33 mil firmas necesarias- hasta, incluso, formar un partido propio y armar una lista parlamentaria para la elección de fines de año.

Miembros del comando de Ossandón confirman que esa idea se evaluó e incluso se hicieron algunos cálculos.

La idea era formar un partido regional, constituirlo en tres regiones consecutivas, reclutar a candidatos al Parlamento y presentarse en la elección de noviembre.

Sin embargo, desde RN -que a fines de marzo ya había desechado la idea de proclamar a Piñera y Ossandón- vieron esa alternativa como una estrategia de presión. Los candidatos al Parlamento del supuesto partido del ex alcalde podrían haber complicado la reelección de algunos parlamentarios de Chile Vamos en ciertas regiones.

Según las mismas fuentes, esa idea no prosperó, porque Ossandón no logró convencer a militantes RN de renunciar al partido para formar parte de su colectividad. La otra alternativa -rápidamente neutralizada por RN- era que los adherentes al abanderado compitieran en cupos de Chile Vamos y posteriormente renunciaran a los partidos para quedar en calidad de independientes.

6-El recado de Piñera que entusiasmó a Allamand

"Me sorprenden estas encuestas de última hora con análisis y tesis muy curiosas, pero tengan claro todos que tengo la convicción más absoluta de que voy a ganar este domingo y, además, tengo la convicción de que vamos a ganar en noviembre", señaló cuatro días antes de la elección del 30 de junio de 2013 el candidato UDI Pablo Longueira.

Esa reacción se dio luego de que la encuesta Mori diera por ganador a su contendor de RN, Andrés Allamand, especificando que si votaba más de un millón de personas en la primaria, el dirigente RN ganaría la elección.

Y avalada por ese tipo de encuestas, la idea de que Allamand ganaría si se lograba movilizar a una gran cantidad de personas comenzó a rondar por los círculos de la UDI y RN.

El argumento apuntaba a que el voto duro de la UDI era mucho más disciplinado que el de RN y que, por lo tanto, si votaba poca gente, el ex ministro de Economía tendría ganada la elección.

Sin embargo, la de Mori no fue la única medición que mostró esos números.

Una semana antes de la elección, desde La Moneda se comunicaron con el equipo de Allamand. El gobierno de Sebastián Piñera también había encargado encuestas y manejaba mediciones que apuntaban a lo mismo: que Allamand derrotaría a Longueira con una "ventaja significativa" y que iban a votar 500 mil personas.

Según señalan ex miembros del gobierno, los datos se le comunicaron directamente a Allamand a pocos días de la elección. Miembros que trabajaron en ese comando señalan que no hubo una comunicación directa entre Piñera y Allamand, pero que el contacto fue entre altos miembros de La Moneda y el candidato RN.

Lo concreto es que los números de La Moneda distaron mucho de lo que ocurrió: Longueira se impuso por un estrecho margen y votaron un poco más de 800 mil personas.

7-Soledad Alvear abandona la carrera

alvear

Cuando ya es común escuchar la frase "me enteré por la prensa", que acuñó la Presidenta Michelle Bachelet a principios de 2015, al ser consultada por la publicación de los negocios de su nuera en Machalí, hubo un episodio, hace 12 años -en 2005- que bien pudo haberse convertido en el primero de este tipo.

Se trata de la bajada de la entonces abanderada DC, Soledad Alvear, quien competiría en primarias abiertas a militantes e independientes, con la candidata PS-PPD-PR, Miche-lle Bachelet.

El 23 de mayo, la ex canciller anunció su retiro de la carrera y en la mesa -que lideraba Adolfo Zaldívar- la noticia los pilló por sorpresa. Según fuentes de la directiva que recuerdan ese momento, no fueron avisados previamente de la decisión que anunciaría Alvear mediante un comunicado, por lo que se enteraron "por la prensa". El gesto -aseguran- fue recibido como una afrenta para los líderes de la DC.

Justamente, Zaldívar había sido su contendor en la interna de la falange para convertirse en la carta del partido. En una junta nacional, por un estrecho margen, lo que evidentemente generó una tensión entre ambos al mantenerse él como timonel y ella al convertirse en la candidata del partido.

Previo a su bajada, Alvear acusó falta de apoyo, incluso financiero, de su partido. También resintió las palabras del Presidente Ricardo Lagos, quien durante una entrevista dejó entrever que su apoyo era para Bachelet, en desmedro de quien fuera su jefa de campaña.

A eso se sumó el creciente apoyo en las encuestas que concitaba la entonces ex ministra de Salud y Defensa, Michelle Bachelet, su contendora.

Así, una semana antes de que Alvear formalizara su salida, el equipo que organizaba las primarias -Patricio Rojas, ex ministro de Defensa, y el entonces diputado Carlos Dupré, por la DC, y Osvaldo Andrade y Mahmud Aleuy, por el PS- dejaron de reunirse semanalmente en las oficinas de la Concertación, en Londres 57.

8-La sorpresa de la DC

width="840"

La del 2013 fue una primaria inédita en dos sentidos: por primera vez, el Servicio Electoral organizaría y supervisaría los comicios al entrar en vigencia la Ley de Primarias. Junto con esto, por primera vez en el bloque de centroizquierda participarían cuatro precandidatos.

La favorita en las encuestas era la ex Presidente Michelle Bachelet, apoyada por el PS, PPD, PC, MAS e IC. En tanto, la DC eligió a Claudio Orrego en una votación interna previa en la que enfrentó a la senadora Ximena Rincón. El PR, en tanto, volvió a llevar la candidatura de su entonces timonel y senador José Antonio Gómez. Finalmente, quien fuera el ministro de Hacienda del primer gobierno de Bachelet, Andrés Velasco, se sumó como independiente a la primaria.

Si bien las encuestas le daban un amplio margen de victoria a la ex mandataria -Bachelet logró el 73,07%-, en la DC esperaban que su abanderado obtuviese el segundo lugar de las preferencias, al ser el representante de uno de los partidos grandes del bloque.

Sin embargo, ese domingo 30 de junio los resultados fueron sorpresivos. Orrego alcanzó solo el 8,86% de los votos, siendo superado por Velasco, quien obtuvo el 13,01% de los sufragios.

Buena parte de los parlamentarios y una porción no menor de los militantes y adherentes democratacristianos se habían restado de la campaña o, incluso, trabajaron abiertamente en favor de Bachelet.

"Fue una sorpresa, no hay cómo esconderlo", recuerda hoy Orrego, intendente metropolitano. "A pesar de que hubo muchas dificultades en la campaña, mucha gente del partido que no nos apoyó: figuras públicas, candidatos a parlamentarios, parlamentarios que trabajaron por la Presidenta Bachelet. Yo creo que uno siempre tuvo la esperanza de que íbamos a ser capaces de motivar a un conjunto de personas de nuestro pensamiento", agrega.

La noticia fue dura para el partido que en ese entonces dirigía Ignacio Walker, quien recuerda que una semana antes de los comicios, desde la directiva del PS lo contactaron para anticiparles los resultados de diversos focus group que habían realizado y en los que Orrego aparecía en tercer lugar. Walker quedó anonadado y lo comentó en el comité político previo a los comicios, donde -asegura- nadie le dio mayor crédito a la información.

Hoy, no pocos dicen que ese fue el germen de la decisión DC de llevar a Carolina Goic a primera vuelta presidencial.

9-El dilema de Ricardo Lagos

lagos

A fines de 1992, la Concertación aún no lograba ponerse de acuerdo en la forma en que se elegiría al abanderado del sector que sucedería al Presidente Aylwin.

Los partidos dejaron en manos de una comisión -integrada por Genaro Arriagada (DC), Erich Schnake (PPD), Benjamín Teplizky (PR) y Hernán Vodanovic (PS)- estudiar los métodos con que podían llegar a una candidatura única entre las dos cartas que se perfilaban: Eduardo Frei Ruiz-Tagle (DC) y Ricardo Lagos, apoyado por el PS, PPD, PR y al Partido Socialdemocracia Chilena. De las ocho alternativas que se presentaron, se impuso la idea de hacer un proceso en dos etapas e indirecto: una primaria para militantes y adherentes de la coalición -que debían inscribirse antes-, y luego una convención presidencial, que se conformaría por 3.000 delegados, de los cuales un 60% sería elegido en relación a los resultados de la primaria, y un 40% nominado por los comandos de Frei y Lagos, en proporción a los resultados obtenidos en las municipales de 1992, los que dejaban en mejor posición a la DC.

En ese escenario, desde el comando de Lagos -recuerdan- hicieron el análisis de que debían superar ampliamente en la primaria de militantes y adherentes a Frei, lo que no se veía fácil. Por lo mismo, la discusión en los partidos que respaldaban al ex ministro fue compleja.

En el caso del PPD, por ejemplo, antes de respaldar el acuerdo, Pepe Auth y Víctor Barrueto optaron por hablar primero con el candidato. Lagos les dijo que quería participar en las primarias, a pesar de que la fórmula propuesta no le favoreciera, pero quería sentar un precedente para cuando tocara elegir nuevamente al abanderado único del bloque, lo que sería en 1999. Con esa convicción, la votación de la comisión política del PPD -pocos días después- fue casi unánime a favor de la realización de la primaria, a excepción del "Cacho" Rubio, quien era el secretario de Lagos, el único que votó en contra.

10-La urna que no fue

zaldi

Organizar la primaria abierta a militantes del bloque y a independientes en 1999 fue un desafío gigante para sus organizadores, quienes tuvieron la compleja tarea de depurar el padrón electoral de quienes estaban afiliados a partidos que hasta poco antes habían formado parte de la Concertación.

Se trataba nada menos que de la primera elección primaria directa y vinculante dentro del bloque para dirimir entre los precandidatos Andrés Zaldívar (DC) y Ricardo Lagos (apoyado por el PPD, PS, PR y el Partido Liberal), sin embargo, pese al esfuerzo previo, llegado el día de la votación -un domingo 30 de mayo-, desde distintos locales de votación comenzaron a reportar incidentes debido a la presencia de personas que llegaron a votar sin estar habilitadas para hacerlo.

Se trataba, en general, de personas que se encontraban militando en partidos que habían dejado de pertenecer a la Concertación, como el Humanista, que había abandonado el bloque en marzo de 1993, por considerar que la coalición oficialista no tenía realmente la intención de transformar el modelo económico y político heredado del régimen militar.

Los organizadores -entre ellos el actual diputado Pepe Auth (ex PPD)- tuvieron que actuar rápido para que las protestas no empañaran el inédito proceso: contactaron los locales de votación afectados y dieron la orden de abrir una nueva urna donde de depositarían los votos de quienes no aparecieran en el padrón para que pudieran "votar" y no generar problemas.

Una vez concluida la jornada, en la que votaron más de un millón 300 mil personas , esas urnas se mantuvieron cerradas y los votos no se contaron. Según explican en la organización, contar esas papeletas extras podía dañar los comicios.

Hasta el día de hoy -a casi 18 años- no tienen claridad de cuánta gente votó así, pero estiman que fácilmente pudo haber llegado a las 100.000 personas.