A menos de un mes de su lanzamiento oficial en EE.UU. y sin los rimbombantes anuncios habituales, el reloj Apple Watch de Apple llegó a Chile, no oficialmente pero sí gracias a empresas como Linio y Promóvil que han decidido traer el producto al mercado nacional.

¿Es importante?

Por ahora el mercado de los relojes inteligentes se ha mantenido en un limbo entre la aceptación por parte de los usuarios y las críticas por su cuestionada utilidad. Y el Apple Watch, más allá de la estética y comodidad, no es la excepción. Y es ahí donde nos preguntamos si de verdad es necesario invertir por un reloj con estas características, considerando que su contraparte con Android no ha mostrado grandes avances en ventas, que el mercado ya está saturado de relojes y bandas deportivas de diversas marcas y precios.

Debemos recordar que existen tres versiones: Apple Watch Sport, Apple Watch y Apple Watch Edition. La primera versión posee una carcasa de aluminio, la segunda de acero y la tercera con oro. Sus diseños varían dependiendo de los colores, tamaños (38 y 42 mm) y correas de distinto tipo, aunque interiormente son similares.

El primer contacto

Tuvimos acceso al modelo Sport de 38 mm. por dos horas. La integración con el iPhone es sencilla, basta con captar el reloj en la cámara fotográfica del smartphone y comenzará la sincronización y primeras configuraciones básicas, lo que debiese tomar poco más de 5 minutos. De inmediato nos encontramos con un producto sencillo pero firme, de buen acabado y aspecto, algo alejado de las demás opciones elegibles para Android. La pantalla, a pesar de ser pequeña, es clara y los primeros movimientos son fáciles de recordar, como la aparición de menús, opciones, etc. Sin embargo, todo lo que tiene que ver con la forma en que veremos el reloj se controla desde el teléfono, dando los primeros indicios que nos encontraremos con un dispositivo demasiado dependiente de otro.

Por ello, da la impresión que lo que realmente importa del Apple Watch no son sus aplicaciones, sino lo que nos entrega desde un principio. Lo que hace, lo hace bien, y funciona.

En cuanto a su diseño, en comparación con otros relojes claramente se nota una diferencia en calidad. Estéticamente quizá su apariencia cuadrada llama la atención con respecto a otros relojes con forma esférica, pero es cuestión de gustos. Es ligero, compacto, un poco grueso y muy discreto, con una pantalla sin problemas en condiciones de luz y buena resolución. Para las llamadas posee un altavoz que podría sonar un poco más alto y un micrófono que al utilizarlo con Siri, no fue lo exacto que acostumbramos en el iPhone. Aún así, al buscar contactos, visualizar el correo, ver el mapa o las fotografías, prácticamente no hay tiempos de espera y funciona perfecto como un "espejo" de lo que almacenamos en el teléfono. Como la mayoría de los smartwatches, al mover la muñeca la pantalla se encenderá automáticamente, y podremos elegir qué ver en ese instante.

El reloj recibe todo tipo de notificaciones de sonido y vibración, aunque a diferencia de Samsung Gear S, por ejemplo, no es posible responder por medio de texto y en ocasiones podemos realizar este paso con la voz. Es posible configurar todos estos aspectos, por lo que en el caso de Twitter o WhatsApp no tengamos que mirar cada cinco minutos la muñeca. La recomendación es entonces, elegir lo que de verdad necesitamos para no ser dependientes del aparato.

Por el lado de la interfaz y su sistema operativo, de las 3.500 aplicaciones que podemos descargar hay que tener en cuenta que éstas son descargable en el teléfono, y sólo se ejecutan en el reloj. En este caso nos centramos sólo en el uso inicial del dispositivo y esperaremos a tener más tiempo para realizar un análisis con las mejores aplicaciones.

Para la elección de las aplicaciones en el reloj, Apple habilitó un sistema llamado "Glances", un globo con esferas de menor tamaño que podremos elegir utilizando el "digital crown", una corona que gira para hacer zoom y que a la vez es un botón. Después de algunos minutos de uso, es sencillo aprender la nueva forma de navegar, algo distinta a la que estábamos acostumbrados.

En ocasiones, las animaciones no fueron fluidas y la transición entre una aplicación y otra tardó un par de segundos. Este y otros detalles dan la impresión que futuras actualizaciones mejorarán estos aspectos, ya que el sistema claramente debe ser más acabado.

Batería, el problema

El Apple Watch no es un producto que deba o necesite estar encendido todo el tiempo. No es un smartphone, y por ello debe ser cargado a diario. En el tiempo que tuvimos acceso, ni el reloj ni el teléfono bajaron demasiado su nivel de batería, y evidentemente al principio por un tema de novedad, este factor se notará más, pero con el uso diario y normal no deberíamos tener problemas.

Un caso distinto ocurre cuando queremos salir a correr. Aunque en esta oportunidad no pudimos realizar esta prueba, es conocido que el medidor de frecuencia cardíaca, contador de movimiento y aplicaciones, en una hora su batería disminuirá más de un 30%. Eso, sin considerar si salimos con audífonos Bluetooth, algo muy habitual en esta actividad.

Conclusiones

Tras 120 minutos de uso, el reloj llama la atención de forma muy positiva. Como ya lo mencionamos, es firme, estético, versátil, y se nota que Apple tuvo gran ambición para su primer producto en esta categoría. Si eres usuario de un iPhone, es el reloj que esperabas. Sin embargo, destaquemos que sólo se trata de un accesorio o cun complemento, y que su limitación, dada por su dependencia con el teléfono, es su principal falla.

Si consideramos su precio (389 mil pesos, 349 dólares como precio sugerido por Apple), el reloj pasa a ser un privilegio sólo para algunos. No es una compra arriesgada, pero quizá futuras versiones arreglen las pequeñas irregularidades del aparato. La batería podría ser un problema, ya que el tiempo de recarga es algo lento y la configuración del sistema es algo confusa en un principio. Es el mejor reloj inteligente hasta ahora, pero debe mejorar.