Para una mujer que participó activamente de la primera campaña de Obama, que recorrió un puñado de estados difundiendo su candidatura y que en las últimas elecciones se convirtió en una de las más tenaces militantes de Hillary Clinton, el mundo actual podría ser un lugar demasiado rudo para vivir.
Pero no. "Creo que el período que estamos pasando es perfecto para este tipo de series", precisa la actriz estadounidense Kate Walsh (49) ante 13 reasons why, la producción que debuta hoy en Netflix y que aborda el suicidio juvenil como telón de fondo de otros conflictos, como el bullying, la depresión, el acoso escolar o la fricción entre los jóvenes y sus padres.
"Por estos días, la gente necesita conversar de lo que está pasando, porque hay muchos temas que hasta moralmente son difíciles de definir. Las temáticas oscuras necesitan salir a la luz. Simplemente es el mundo que nos tocó vivir, hay que asumir a un presidente que no representa lo que muchos de nosotros quiere y que se levanta a tuitear temprano para decir lo mucho que odia ciertas cosas. Hay que hablar de lo malo, pero aportando", diagnostica la actriz, galardonada también por su rol más reconocible, el de la doctora Addison Montgomery en Grey's Anatomy y Private Practice.
Y como aporte, la serie está basada en el best seller del mismo nombre de Jay Asher y muestra la historia de Clay Jensen (Dylan Minnette), un adolescente que se enfrenta a una caja de casetes encontrados en la puerta de su casa, los que poseen una serie de grabaciones realizadas por su compañera, Hannah Baker (la debutante Katherine Langford), quién se suicidó un par de semanas antes. Ahí, la joven describe las trece razones que motivaron su decisión y los posibles culpables del desenlace. En ese minuto, el relato inicia un dramático racconto que muestra todo el calvario de Baker en su colegio, desde sus primeras experiencias sexuales hasta las fotos íntimas que circulan entre su curso.
En el puzzle, Walsh encarna a la madre de la víctima, siempre ajena a los tormentos cotidianos de su hija, pero que, días después de su muerte, irrumpe en una reunión de padres en su colegio para enrostrarles lo sucedido.
La actriz sigue: "Hoy estamos viviendo los dañinos efectos de las redes sociales en muchos jóvenes. Perdón si lo veo muy pesimista, pero en parte por esas plataformas se ha masificado el insulto gratuito, la mentira, la burla y la aparición de tanto personaje anónimo que sólo busca dañar. Eso en la vida de un adolescente, en la escuela, se magnifica. Esa es la realidad que queremos hacer más evidente, que abra un debate en la familia. No puede ser que la respuesta de cualquier padre cuando le preguntan por su hijo sea: 'me imagino que está bien ahí en su pieza'".
Pese a cierto propósito educativo, la estadounidense dice que la trama no podía extraviar el nervio y el enigma. "De hecho, la serie se vuelve un juego misterioso desde un principio, porque cada uno de los casetes va presentando a la historia de un responsable tras el suicido de Hannah", agrega, ante un proyecto que, por lo demás, contó con la dirección del reputado Tom McCarthy (Spotlight).