Siete meses tuvieron que pasar para que el italiano Mario Balotelli marcara su primer gol en la Premier League inglesa. El ariete, que llegó a Liverpool con la presión de suceder al uruguayo Luis Suárez en la ofensiva de los reds, tardó exactamente 788 minutos en anotar por primera vez en liga en su nuevo club y su único antecedente goleador se remontaba a la Copa de Campeones cuando, el 16 de septiembre del año pasado, abrió la cuenta ante el modesto Ludogorets de Bulgaria, por la primera fecha de la fase de grupos del torneo continental.
En medio, una serie de polémicas por actitudes poco deportivas, noches de fiesta interminables y una ola de críticas de los medios, italianos e ingleses, y sobre todo de los hinchas, que veían cómo pasaban los partidos y el atacante no lograba exhibir un nivel de alta competencia en el ex equipo de Mark González, ni mucho menos demostrar o justificar los US $ 24 millones que costó su fichaje.
Eso, hasta ayer cuando marcó el gol de la victoria (3-2) sobre Tottenham, que le sirve a su equipo para mantenerse en un expectante séptimo lugar y que le permite, al menos, pelear por un cupo en algunas de las competiciones internacionales de la próxima temporada.
De todas formas, el delantero ya ha cedido mucho terreno en el plantel y tendrá que seguir esforzándose para recuperar un lugar en el equipo titular, desde donde fue desplazado hace ya varias jornadas. "Ha trabajado mucho y ha puesto mucho esfuerzo para recuperar la forma. Es bueno que haya anotado el gol de la victoria", dijo Brendan Rodgers, técnico rojo, sobre su pupilo quien, fiel a su estilo, no demostró alegría ni felicidad alguna luego de anotarle a los Spurs.
Los próximos desafíos de Liverpool serán clave para definir el futuro del club, ya que enfrentarán a Southampton y Manchester City, dos de los equipos que pelean sobre los del puerto en el torneo inglés.