A menos de un mes de que el general Augusto Pinochet llegara a la capital británica de Londres para someterse a una operación por una hernia lumbar, fue notificado de su detención.
Corría un 16 de octubre de 1998, cuando el dictador chileno -que se encontraba internado en la London Clinic- recibió la información de la Scotland Yard, la policía de Reino Unido, sobre la orden de captura internacional que había sido emitida por el juez español Baltasar Garzón, quien apoyado por el principio de "jurisdicción universal", logró que se detuviera al senador vitalicio, acusado de crímenes de lesa humanidad.
Este hecho motivó el rechazó del Ejército de Chile quien aseguró que la detención era "insólita e inaceptable para los integrantes de la institución". El Presidente de la época, Eduardo Frei, en tanto, hizo una protesta formal ante las autoridades inglesas asegurando que lo ocurrido atentaba contra la inmunidad diplomática que protegía al general Pinochet.
El proceso judicial duró 16 meses. El 11 de noviembre de 1998, el gobierno español solicitó la extradición del ex comandante en Jefe para fuera juzgado en ese país. 14 días después, el 25 de noviembre, la Cámara de los Lores decidió por tres votos contra dos que Pinochet no tenía inmunidad, por lo cual sí podía ser sometido a proceso. Días después su defensa interpuso un recurso para que el fallo fuera revisado.
Sin embargo, en marzo de 1999 la Cámara ratificó su decisión, pero recomendaron que el ministro del Interior británico, Jack Straw se pronunciara. Así, Straw autorizó el proceso de extradición el 15 de abril de ese año. Ya en octubre el tribunal británico de Bow Street anunció que la extradición estaba conforme a la ley.
Meses después, Pinochet se sometió a exámenes médicos. El ministro del Interior informó que tras obtener los resultados se determinó que el senador vitalicio no estaba en condiciones de soportar un juicio.
Dos meses después, en marzo del año 2000, Straw indica que el general no podrá ser extraditado y queda en libertad. Ese mismo día, Pinochet viajó en una avión de la Fuerza Aérea a Chile, tras cumplir 503 días detenido en Londres.
Esta decisión del gobierno británico marco un antes y un después en materia de derecho internacional. Según indicó posteriormente a la BBC el profesor Claudio Troncoso de la Universidad de Chile, "fue la primera vez que se estableció que un ex jefe de Estado no tenía inmunidad ante crímenes internacionales como la tortura".