Cuando la pequeña Alice Newton, de 8 años, hija del presidente de la editorial británica Bloomsbury, leyó el primer capítulo de Harry Potter y la piedra filosofal durante el crudo invierno londinense de 1996, el encantamiento comenzó a hacer su efecto. La historia de un niño huérfano y al cuidado de sus tíos, aprendiz de mago y quien lleva en su frente además una extraña cicatriz con forma de rayo, era "lo mejor que había leído en mucho tiempo", le dijo la niña a su padre. Curiosamente, la británica Joanne Rowling (1965), una madre soltera que acababa de enfrentar un quiebre amoroso y quien rehacía su vida dando clases en Edimburgo y escribiendo en sus ratos libres, llevaba meses intentando publicar su primer libro, pero 12 editoriales ya habían rechazado el manuscrito.
Hoy seguro todas se azotan la cabeza contra la pared: ni una previó que entre ese poco más de 250 páginas estaba la primera de las siete entregas de la que sería, hasta hoy, la saga más exitosa en la historia de la literatura juvenil. Más de 450 millones de copias vendidas en el mundo, y ganancias totales de más de 22 mil millones de dólares por venta de libros, merchandising y tickets de cine, teatro y hasta los parques temáticos que recrean sus principales escenarios en Londres, Osaka, Japón, y Orlando, EEUU, en el corazón de Hollywood.
Guiado por las palabras de su pequeña hija, Nigel Newton leyó la novela y decidió publicarla a los pocos días, después de pagarle a Rowling la modesta suma de 1.500 libras (poco más de $1.200.000) como adelanto. Así, el 26 de junio de 1997, hace ya 20 años, 500 ejemplares de Harry Potter y la Piedra filosofal llegaron a escasas librerías del Reino Unido. Dos semanas después, las espumosas ventas lo posicionaron entre los títulos más vendidos del país ese mismo año. En 1998 llegó a EEUU etiquetado por Scholastic Corporation, y recién en el 2000 editorial Salamandra adquirió los derechos para su publicación en castellano.
La llegada del primer tomo no solo abrió un universo paralelo creado por Rowling, sino que además desató -y sin que ella pudiera advertirlo- un atípico fervor entre los miles de lectores infantiles y adolescentes que hacían fila en las librerías a medianoche a la espera de un nuevo libro, y que hasta entonces habían sido subestimados por la industria editorial.
El libro vendió poco más de 100 millones de copias en el mundo, fue traducido a 79 idiomas y llevado al cine como el primero de siete filmes que en diez años acumularían cuatro premios Oscar. El éxito también catapultó, por cierto, a la entonces desconocida J.K. Rowling al mismo pedestal de los bestsellers de la talla de J.R.R. Tolkien y Stephen King.
Tras la esperada aparición de la segunda entrega, La cámara secreta (1998), Rowling ya estaba convencida de que su historia no solo había cautivado a niños y adolescentes, sino además a un público adulto en busca de relatos fantásticos, como el suyo: "Harry Potter bebe de leyendas con mucha profundidad, en las que tienen cabida desde sentimientos complejos a la violencia y la política", declaró la autora en una entrevista a la revista Time en 2007, cuando posó para la portada del mismo número.
El autor de El resplandor es un fanático confeso de la saga: "Soportará la prueba del tiempo, y terminará en la estantería donde solo queda lo mejor; y Harry tomará su lugar con Alicia, Huck, Frodo y Dorothy", anotó en 2007. Ese año, antes de la publicación de Harry Potter y las Reliquias de la muerte, último tomo de la colección, King le escribió a JK Rowling. En su carta, replicada por The New York Times, le imploraba "no acabar con la vida de Harry".
Hace una década, cuando se celebraban los primeros diez años del mago más famoso del mundo, quien a esas alturas ya había conseguido dar su salto a la pantalla grande en 2001 bajo la dirección de Chris Columbus en una exitosa saga protagonizada por Daniel Radcliffe, una primera edición firmada por Rowling se subastó en Londres por 27.876 libras (sobre $ 23 millones): 19 veces el valor de lo que había recibido por el primer manuscrito. A esas alturas, los jóvenes fanáticos estaban dispuestos a esperar hasta más de 70 horas afuera de las librerías con tal de conseguir su propia copia. Ya se hablaba entonces de la Pottermanía, un fenómeno tan conmovedor y mágico como todo lo que emana de la varita de su joven protagonista.
Festejando un mito
A pesar de que Rowling puso fin a la historia el 21 de julio 2007, cuando lanzó el último libro de la colección, Harry Potter y todo el universo que lo rodea siguió inspirando nuevos relatos, todos supervisados por la autora: además del spin-off Animales fantásticos y dónde encontrarlos (publicado primero como novela en 2001, y llevado al cine el año pasado en una versión protagonizada por Eddie Redmayne), del que ya se esperan cuatro nuevas entregas, fue ella misma quien trabajó en la secuela titulada El legado maldito, que debutó como montaje sobre las tablas del West End londinense a mediados del año pasado y que obtuvo 9 de los 11 premios Olivier a los que estaba nominado. Para 2018, en tanto, ya fue anunciada una versión en Broadway del mismo texto, que previo a su lanzamiento editorial ya había agotado el número de ejemplares disponibles.
A la pila de adaptaciones de la novela, que incluyen audiolibros, videojuegos y hasta famosos tours por Londres y EEUU, el festejo por los 20 años de Harry Potter le dará aún más material a los más 11 mil millones de seguidores de la saga en Twitter. La propia Rowling ha preparado una sorpresa para los lectores más fieles con motivo del aniversario: Bloomsbury acaba de lanzar una colección especial del libro con los colores de las cuatro casas de Hogwarts, la escuela de magia donde Harry estudió junto a sus amigos Ron y Hermione, para que así cada fan elija la suya libremente y no bajo los designios del Sombrero seleccionador.
La misma editorial pondrá a la venta a partir de octubre dos nuevos títulos: Harry Potter: A History of Magic, The Book of the Exhibition (Harry Potter: una historia de magia, el libro de la exhibición) y Harry Potter, A Journey Through a History of Magic (Harry Potter, un viaje a través de una historia de magia), dos guías ilustradas que vuelven a sumergirse en las aventuras del joven mago. Por si fuera poco, el artista inglés Jim Kay lanzará durante el mismo mes su tercer volumen ilustrado de la novela, editado en español por Salamandra, esta vez basado en El prisionero de Azkaban, publicado en 1999.
En esos días abrirá también, en Londres, la muestra Harry Potter: A history of magic en la Biblioteca Británica, una exposición con manuscritos de las obras y documentos inéditos de los archivos de Rowling. Al igual como ocurrió con las entregas de los siete libros, las películas y la exitosa versión teatral, los más fanáticos ya se frotan las manos y adelantan a la venta de entradas. Otra señal de que la Pottermanía no da tregua.