Desde que asumió la dirección del Centro Cultural Palacio La Moneda, en 2007, Alejandra Serrano se ha concentrado en la creación de audiencias. "Mi obsesión es el acceso del público a las obras. No trabajamos para las coaliciones ni para los museos ni para los artistas; trabajamos para la gente. Por eso me interesa gestionar exposiciones de alto nivel, pero que sean amables, en un lenguaje muy cercano", dice.
Hasta ahora parece lograr sus objetivos. En 2013 fue el centro cultural más visitado, con 660 mil personas, superando al Museo de Historia Natural, que suele ser el más concurrido y que atrajo 560 mil visitas. La exposición más exitosa fue Grandes Modernos, la colección de Peggy Guggenheim, integrada por obras de Pollock, Brancusi, Miró, Duchamp y Man Ray, nunca antes vistas en Chile, que recibió 142 mil visitas. Le siguió Hilos de América, con textiles de distintos países de la región, y Africa, obras del Museo Etnológico de Berlín.
Para este año la vara es alta y Serrano planea cumplir sus metas sin apelar a las grandes figuras internacionales. La muestra El nuevo diseño italiano, que reúne obras expuestas en la Trienal de diseño de Milán, continuará hasta abril, para luego en agosto inaugurar La pasión de Brasil, una retrospectiva con obras de arte popular y naif de cinco museos brasileños, entre ellos, el Museo del Folklore Edison Carneiro de Río de Janeiro y el Museo de Arte Popular Casa do Pontal. Serán pinturas, grabados y objetos que reflejan visiones poco difundidas de Brasil, ligadas a la religión y las costumbres indígenas.
Entre ambas muestras está la más ambiciosa: Puro Chile. Paisaje y territorio, que recorrerá 200 años de arte en Chile, poniendo el acento en los artistas que han trabajado plasmando el imaginario de la nación. La exposición reunirá desde dibujos de Claudio Gay y Darwin, pasando por las pinturas de Rugendas, Juan Francisco González, Valenzuela Llanos, Ximena Cristi, las fotos de Antonio Quintana y Martín Gusinde, hasta artistas contemporáneos que trabajan con instalaciones y videos, como Fernando Prats y Claudia del Fierro.
Espacios como el Museo de Bellas Artes, el MAC, el Museo de Historia Natural, el Banco Central, la Pinacoteca de Concepción y el Museo Regional de Antofagasta prestarán obras. "Siempre quisimos hacer una muestra con nuestro propio patrimonio, y quizás es mucho más difícil que traer una exposición lista de afuera. Acá trabajamos con muchos museos para reunir la mayor cantidad de obras que habitualmente están dispersas", cuenta Serrano.
RECURSOS Y DEUDAS
Ubicado en el corazón de Santiago, bajo el Palacio de La Moneda, el centro cultural tuvo un comienzo polémico con la salida de su primera directora, Morgana Rodríguez, en 2007, quien acusó al Consejo de la Cultura de presiones para censurar la exposición de Nicanor Parra. Serrano se hizo cargo del espacio, que este fin de semana cumple ocho años (ver recuadro). Si bien su presupuesto es más alto que el de la mayoría de los museos públicos del país, cerca de $ 1.500 millones aportados por el Consejo de la Cultura a través de la Ley de Presupuestos (el triple del Museo de Bellas Artes), la directora dice que es insuficiente.
"Ese monto nos permite funcionar todo el año, pagamos los gastos básicos de luz, climatización y sueldos, pero no financia las exposiciones, que pueden ir desde los 200 millones de pesos hasta el millón de dólares", afirma Serrano. "Sin molestar al público, le vendemos el alma al diablo. Cuando la gente se va, acá hacemos incluso lanzamientos de autos y, por ejemplo, en su visita de 2011, el Presidente Barack Obama dio aquí su discurso".
Los recursos también se obtienen a través de la taquilla y el arriendo de los restaurantes y tiendas que funcionan dentro del centro cultural, que deben aportar parte de sus ganancias. Otro porcentaje se cubre con aportes de privados, muchos a través de la Ley de Donaciones Culturales. "No es fácil conseguir que las empresas aporten, pero si tuviésemos todos los millones, no se produciría el encuentro de intereses comunes con el mundo financiero", comenta Serrano.
Justamente ahí radica su mayor desafío: encontrar recursos permanentes para la Cineteca Nacional, institución que también es parte del centro cultural. "Tenemos un patrimonio de más de 5 mil registros audiovisuales, pero falta mucho por restaurar, como también, traspasar al formato digital los archivos para que estén al alcance de todos", concluye.b