Si se excluyeran los años en que el fenómeno de El Niño se hizo sentir en la Tierra -que por definición genera mayores temperaturas en el planeta-, 2017 habría sido el año más caluroso de la historia, desde que hay registros fiables de temperaturas.
Aun así, los registros meteorológicos globales elevaron este año al tercero más caluroso desde el inicio de la Revolución Industrial, solo superado por los años 2015 y 2016, según un informe dado a conocer ayer por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), organismo dependiente de las Naciones Unidas.
Si bien aún faltan algunos días para el cierre del año, y todavía no están los datos definitivos sobre la temperatura global -que incluyen la de la superficie terrestre y la de los océanos-, el 2017 ya es uno de los años más calurosos desde que se vienen realizando los registros hace 135 años.
En su balance provisional, el organismo señaló que "es probable que 2017 sea el año más cálido sin estar asociado a un fenómeno de calentamiento de El Niño".
Los datos oficiales indican hasta el momento que los primeros 11 meses del año fueron los terceros más cálidos desde que se tienen registros, por detrás de los de 2016 y 2015.
"Pero lo realmente importante no es la clasificación de un año en particular, sino la tendencia general a largo plazo del calentamiento seguida desde finales de 1970, especialmente la de este siglo", señaló Omar Baddour, científico principal de la OMM.
"Aparte de las temperaturas en aumento, estamos siendo testigos de un incremento de fenómenos meteorológicos más extremos, con repercusiones socioeconómicas enormes", agregó Baddour.
Menos hielo
Además, la Nasa y la Administración Nacional del Océano y de la Atmósfera (Noaa, su sigla en inglés) de Estados Unidos coincidieron ayer en señalar que las temperaturas de la mayor parte de la superficie del planeta y de los océanos fueron más altas de lo normal en 2017.
Incluso, las zonas de hielo marino del Ártico y la Antártica siguen estando en niveles mínimos casi sin precedentes.