Las inusuales lluvias en la alta cordillera y los aludes que resultan de ellas, han hecho que cada vez sean más comunes los episodios como el que ayer afectó a la zona central del país, y que dejó a 27 comunas de la Región Metropolitana sin suministro de agua potable.
Es por eso que en 2014 la empresa Aguas Andinas, que es responsable de entregar el servicio a gran parte de Santiago, inauguró la Fase I del proyecto que busca asegurar el suministro ante eventos de turbiedad en el cauce del Río Maipo.
La inversión para esas obras fue de US$ 74 millones de dólares. En marzo del mismo año, la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS) autorizó un alza de 1,06% del valor total de las cuentas de los más de 1,6 millón de clientes para que la empresa financie dichas obras.
Según una estimación que realizó La Tercera, desde esa fecha hasta ahora, los clientes han pagado a la empresa más de $ 10.800 millones para costear la inversión, es decir, un equivalente a US$ 16,6 millones de dólares, lo que equivale al 21% del total.
El cálculo se realizó considerando que en promedio un hogar consume entre 14 a 26 metros cúbicos de agua potable al mes, según la superintendencia. Si una familia consumió 20 metros cúbicos y la cuenta que recibe a fin de mes asciende a $ 17.000, estaría pagando a la empresa $ 180 extra todos los meses para costear esas obras.
El superintendente de Servicios Sanitarios, Ronaldo Bruna, señaló que "esa inversión que hoy día se paga en la cuenta, ha permitido superar más de 30 eventos en el Río Maipo sin que se corte el agua en Santiago, es decir ha dado frutos relevantes en la ciudad".
La inversión pagada por los usuarios de la sanitaria se resume en inversiones que se dividieron en dos fases, y que podrían sumar una tercera. La primera fue inaugurada en 2014 y contempló la construcción de 14 estanques de almacenamiento de agua potable, siete nuevos pozos y un acueducto para trasladar el elemento desde el embalse El Yeso hasta el de Laguna Negra. Esto, con el objetivo de aumentar la autonomía de distribución a los hogares y paliar casos en que la turbiedad extrema del río no permita potabilizar el agua.
Segunda fase
En 2014, además, las autoridades del Ministerio de Obras Públicas (MOP) anunciaron también la Fase II, que implica la construcción de seis tranques en Pique para aumentar la capacidad de almacenamiento y la autonomía de nueve a 32 horas.
Así lo explicó el titular del MOP, Alberto Undurraga, quien señaló que este último proyecto está actualmente en trámite de evaluación de impacto ambiental, porque "tenemos que hacer compatible la inversión con el respectivo cuidado de medio ambiente".
Según datos de la ficha que publica el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), los nuevos estanques ingresaron a evaluación el 31 de agosto del año pasado. El 10 de abril la empresa ingresó su adenda respondiendo a observaciones y el viernes pasado el SEA resolvió iniciar la etapa de consulta ciudadana. En promedio, los trámites en este organismo superan el año y medio, y de acuerdo al calendario que la sanitaria ingresó a revisión, la construcción de estos tranques demoraría 24 meses. En suma, en febrero de 2020, los estanques podrían estar operativos.
Desde la sanitaria aseguran que los plazos se están cumpliendo y que la inversión estaría disponible en 2019. Sobre el trámite ambiental, el gerente corporativo de Aguas Andinas, Eugenio Rodríguez, señaló que "recibimos más de 600 preguntas de la comunidad y de distintas entidades que se pronunciaron sobre el estudio, hemos respondido esas preguntas y tan pronto se apruebe ese estudio de impacto ambiental iniciaremos rápidamente las obras de construcción".
Cambio climático
Los cortes de suministro acontecidos en los últimos meses, han generado un debate en torno a replantear la inversión que debe realizar la sanitaria para mejorar la capacidad de almacenamiento. Así lo planteó ayer el intendente de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, quien apuntó al cambio climático y a que "es evidente que las inversiones que se han hecho han sido insuficientes. Hay condiciones climáticas, pero no exime a la empresa de la responsabilidad de invertir para resguardar a la ciudad".
Rodríguez aseguró que la sanitaria ingresó una propuesta a la SISS para tener una Fase III y así sumar más horas de autonomía, pasando de 32, que se tendrían en 2019, a 48 horas. "Estamos estudiando aceleradamente eso, previendo que este fenómeno climatológico pueda ser en el largo plazo más intenso que lo que hemos estado viviendo en el último tiempo", dijo el representante de la concesionaria.
En tanto, el ministro Undurraga explicó que todos los años la Superintendencia debe realizar un reporte del grado de cumplimiento de los planes de desarrollo de las sanitarias, pero reconoció que "estas inversiones tienen que ir más rápido. Pasada la crisis el superintendente dará la información (de cumplimiento y exigencias de inversión) empresa por empresa".