Un total de 222.418 familias quedaron con sus viviendas dañadas o simplemente las vio desplomarse, la noche del terremoto del 27 de febrero de 2010. Se trata de una cifra que casi equivale a la población de Rancagua, pero repartida en seis regiones.
Además, iglesias, zonas típicas, caletas y aeropuertos quedaron destruidos, debido al sismo y posterior tsunami que azotó la costa entre las regiones de Valparaíso y La Araucanía. A cuatro años de la tragedia, las inversiones realizadas por el Estado para la reconstrucción, superan los US$ 4 mil millones en reparaciones y edificaciones de obras nuevas, es decir, lo que permitiría construir 20 hospitales concesionados según las actuales cifras.
Según cifras entregadas por las principales reparticiones involucradas en el proceso, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo encabeza el presupuesto en este ítem con más del 50%, producto de los US$ 2.490 millones orientados a la construcción de casas o reparaciones de propiedades de los damnificados.
El ministro de Vivienda, Rodrigo Pérez, explica que se ha cumplido con un 94% de las obras comprometidas, del total planificado (se otorgaron 222.418 subsidios a los afectados). Pérez señala que "hay obras que están terminadas, pero que no se han entregado. Les falta sólo la recepción municipal, por lo que no se puede decir que no hay avance. El proceso ha sido exitoso".
El reporte de la cartera indica que se ha ejecutado un 94% del presupuesto total, y que falta por invertir otros US$ 216 millones, montos asociados a proyectos en curso o pendientes. El reporte del Minvu indica que a la fecha, un 53% de las obras terminadas correspondieron a reparaciones; un 25% a construcciones en sitio propio y un 22% a propiedades emplazadas en conjuntos habitacionales.
El restablecimiento de la conectividad y de las grandes obras fue tarea del Ministerio de Obras Públicas, entidad que cifra las inversiones en US$ 598 millones. La ministra del ramo, Loreto Silva, sostiene que 1.500 kilómetros de caminos quedaron cortados y un total de 200 puentes dañados, entre otros perjuicios. Tras ello, se comenzó a erigir nueva infraestructura como el Puente Bicentenario en Concepción y a remozar los bordes costeros de áreas Talcahuano y Dichato (Biobío). A esto se suman inversiones como el astillero Asmar, en la misma región, el que fue entregado hace algunas semanas y cuya inversión fue de US$ 136 millones.
La red de salud fue una de la más afectadas hace cuatro años. La cartera informó que con un presupuesto de US$ 144 millones se levantaron 207 centros de salud primaria; se realizaron reparaciones además en 113 hospitales y se erigieron nueve hospitales modulares, que aún están operando. Se repusieron, además, 4.249 camas.
En la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere) se informó que se reconstruyó patrimonio dañado: 42 edificios consistoriales destruidos y numerosas obras patrimoniales. Se invirtieron US$ 336 millones. El Consejo Nacional de la Cultura y Las Artes entregó fondos a museos, iglesias y bibliotecas, por US$ 36 millones.
Para Roberto Moris, subdirector académico del Instituto de Estudios Urbanos de la U. Católica, que si bien la reconstrucción de viviendas ha avanzado, "no todos los lugares han sido tratados con la misma atención. La mayoría de los casos presentados por el gobierno se concentran en Dichato y Constitución. Pelluhue fue el lugar con mayor cantidad de muertes per cápita y donde se afectó la base turística de su economía, la inversión informada por el Minvu corresponde a un 1,3% del gasto en la VII Región".