Un 30% de los alumnos que ingresan a la educación superior deserta de su carrera durante el primer año. Así lo indica un informe del Servicio de Información de la Educación Superior (Sies) del Ministerio de Educación Superior que analizó el cohorte 2012-2014.
En promedio, de acuerdo al Mineduc, tres de cada 10 estudiantes dejan su carrera durante su primer año de estudios, ya sea por motivos vocacionales o económicos. Sin embargo, del 30,6% que deserta hay un porcentaje significativo, indicaron desde el Mineduc, que reingresa a la educación superior, cifra que llega al 44%. Así, habría un 17,2% de jóvenes que salen de forma definitiva del sistema, al menos en los tres años siguientes.
De acuerdo a este estudio, las universidades privadas del Consejo de Rectores -G9- son las instituciones con el mayor porcentaje de retención, con un 82,8%. Las universidades estatales, en tanto, logran 78,6% de retención, y las privadas, 73,1%.
Por otro lado, los CFT son los que tienen la peor cifra, con un 36% de deserción, mientras que en los IP un 32,8% se retira durante el primer año.
En el caso de las universidades, las con más baja retención son aquellas que no están acreditadas, como la U. de Los Leones o la U. SEK. En los planteles acreditados, la U. de Las Américas (UDLA) y la Gabriela Mistral presentan los más bajos registros en esta materia (ver recuadros).
Este último plantel señaló que la baja tasa de retención del período se explica por factores coyunturales "que se han superado, y esta caída se concentró sólo en alumnos de primer año", dijeron.
Además, explicaron que la cifra no considera a los alumnos que se reintegran, fenómeno que, según ellos, "es más fuerte en universidades con menor acceso a becas o créditos del Estado". En ese sentido, la UDLA sostuvo que, considerando a los alumnos que volvieron, la tasa de deserción alcanzó un 68%. Para este plantel, la reacreditación es un factor que ya ha permitido mejorar la tasa de retención, por lo que estiman que próximamente lograrán estar en un rango entre 76% y 80%.
Las razones
Son varias las razones por la cuales los alumnos deciden desertar de sus estudios durante el primer año. De acuerdo al director ejecutivo de Acción Educar, Raúl Figueroa, algunas de ellas son "problemas económicos, factores académicos vocacionales y aspectos psicológicos, que tienen que ver con la adaptación".
El investigador explicó que en la medida que aumenta la selectividad de las instituciones "estas variables tienden a reducirse, por eso no es raro ver que la deserción es mayor en las instituciones técnicas, donde los niveles de selectividad son menores y que, además, por lo general reciben alumnos de más bajos ingresos".
Por eso, la PSU y los resultados que tienen los jóvenes se relacionarían también con la deserción, especialmente porque la prueba tiene una fuerte relación con el nivel socioeconómico de los alumnos, explicó Figueroa. En esa línea, el experto señaló que "los altos puntajes tienen relación con un alto nivel socioeconómico, por lo tanto, no es raro ver que las instituciones más selectivas, considerando la PSU, reciben alumnos con mayor capital cultural y, por lo tanto, con menos posibilidades de desertar tempranamente".
Esto explicaría las cifras del Mineduc que muestran una tasa mayor de deserción en CFT e IP.
Respecto de las medidas que habría que tomar para enfrentar el problema, Figueroa apunta a que hay que "hacerse cargo de variables que pueden anticiparse mediante políticas públicas. Los problemas económicos se pueden y se han abordado con la estructura de becas y créditos".
Sin embargo, el experto aseguró que en el mundo técnico, que es donde existe mayor deserción, las becas tienden a ser más bajas. "La variable económica tiene que concentrarse en los jóvenes de menores recursos y las instituciones que los reciben. En ese sentido, la gratuidad universal es una política que no es razonable para enfrentar los problemas de deserción", dijo.
Por su parte, la académica de la Facultad de Educación de la Universidad Católica, María Verónica Santelices, aseguró que los factores que pueden incidir en que los alumnos de CFT e IP tengan menor persistencia en la educación superior tienen que ver con que "sufren mayores presiones financieras que otros alumnos. No sólo por la matrícula, sino también porque muchas veces son jóvenes que tienen que aportar a a la economía familiar. Además, esto puede relacionarse con las preferencias que realmente tenían los alumnos y lo que finalmente terminan estudiando".
Pero, además, la académica sostuvo que otro factor tiene que ver con la vocación: "Esta aparece como una variable más relevante para algunos grupos. Claramente, en la medida que uno no es aceptado en tu primera preferencia de postulación, este riesgo aumenta. Los alumnos de universidades tradicionales tienen menos este problema que los de las universidades privadas".
La fórmula de la retención
Para el presidente del G9 y rector de la U. Católica de Valparaíso, Claudio Elórtegui, la baja tasa de deserción al interior de las privadas del Cruch "muestra que en estas instituciones hay un especial cuidado por este tema y que cada uno de los planteles hace un esfuerzo para desarrollar programas que tienden a favorecer la mayor retención de estudiantes".
A pesar de esta buena noticia para el G9, Elórtegui mantiene una preocupación por el alto porcentaje de deserción en el resto del sistema y critica que el proyecto de reforma a la educación superior no considere este problema. En ese sentido, la autoridad académica indicó que "hay un silencio en el proyecto en relación a ese tema. Tenemos altas tasas de deserción, lo que constituye un elemento muy inconveniente y es una característica negativa para el sistema, los estudiantes y sus familias".
Y a pesar de que el texto ingresado al Congreso por el gobierno en julio pasado sí mejora el aseguramiento de la calidad -forma en la que se podría reforzar la retención- para Elórtegui "no es suficiente para abordar la deserción".
El plantel con el mayor porcentaje de retención es la U. de los Andes, con un 90,8%. De acuerdo al rector de la institución, José Antonio Guzmán, la universidad se encarga de acompañar a los estudiantes, especialmente durante el primer año. "Hay profesores asesores para los alumnos, quienes dan un apoyo importante y oportuno, ya que siempre están al alcance de los jóvenes", dijo Guzmán, quien agregó que además se les hace un seguimiento de notas a los estudiantes: "A los que no les va bien en las primeras notas, son contactados por la dirección de estudios y se les ofrece ayuda".