Según el diagnóstico del PNUD, un 40% de la población no es constante en sus prácticas de participación o de abstención electoral, y por lo mismo puede modificar su comportamiento. En este grupo hay nuevos votantes, personas indecisas, y nuevos abstencionistas, lo que añade más incertidumbre en el resultado de las próximas presidenciales, pese a las proyecciones de las encuestas.

"Las encuestas de opinión genéricas no son buenos instrumentos para predecir comportamiento, especialmente bajo un sistema de voto voluntario y diferencias importantes en los niveles de participación entre comunas, regiones y grupos socioeconómicos. Funcionan sobre todo para evaluar percepciones. En un contexto electoral en que han cambiado casi todas las reglas del juego -sistema electoral, financiamiento de campañas, rol del Servel, nuevos partidos-, el resultado es, sin duda, incierto, pero en cualquier caso la tendencia a la baja respecto de la participación electoral ha sido clara y es motivo de preocupación", dice Marcela Ríos, oficial del Programa de Gobernabilidad del PNUD.

Dentro de este grupo, que no es constante en sus prácticas, están los jóvenes. Según el PNUD, pese a ser el 25% del padrón, los jóvenes entre 18 y 29 años representan el 34% de la abstención del país.

Además, en este grupo es donde se concentran los indecisos de la próxima elección. En 2016, tres millones de personas se restaron de participar en ese tramo etario.