Seis de cada diez personas en el mundo carecen de un servicio de saneamiento seguro, una situación que aumenta el riesgo de enfermedades transmisibles por el agua y atenta contra la dignidad de las personas, dijo hoy la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Se trata de unos 4.500 millones de personas, de una población mundial total de 7.500 millones.

"Esto es terrible para la salud, tiene que ver mucho con la mortalidad asociada a enfermedades que se transmiten por el agua y el hecho de que una persona tenga que buscar un lugar que reemplace a un baño atenta contra su dignidad", dijo en rueda de prensa la directora del Departamento de Salud Pública de la OMS, María Neira.

La OMS y Unicef, la agencia de la ONU para la protección de los niños, divulgaron hoy un informe conjunto con datos actualizados sobre acceso al agua y a servicios de higiene y saneamiento.

Este nuevo estudio define los servicios de saneamiento "seguros" como instalaciones que no son compartidas con otros fuera de la familia y que permiten que los excrementos pasen por un sistema adecuado para su tratamiento.

De acuerdo a las estimaciones anunciadas, que datan de finales de 2015 (las más completas y fiables), tres de cada diez personas o 2.100 millones carecen de un "acceso seguro al agua", una condición que se cumple cuando el agua llega a las casas, está disponible cuando se necesita y está libre de materia fecal o químicos.

El acceso "básico" implica que se requiere caminar o hacer cola menos de 30 minutos para aprovisionarse de agua, pero hay 844 millones de personas que ni siquiera tienen esta posibilidad.

Esta cifra incluye a las 263 millones de personas en el mundo que deben invertir un tiempo mayor para recoger agua de fuentes que se encuentran lejos de sus hogares y los 159 millones que beben agua no tratada procedente de arroyos y lagos.

Desde 2000, cuando se establecieron los Objetivos de Desarrollo del Milenio para 2015, decenas de millones de personas han obtenido servicios básicos de agua potable y saneamiento, pero las mejoras se han concentrado en las áreas urbanas y estos servicios no siempre proporcionan agua o saneamiento seguros.

Entre los más recientes Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, adoptados como continuación de los anteriores, se ha planteado para 2030 que todos en el mundo tengan acceso a agua apta para el consumo y a servicios de higiene y saneamiento mínimos, así como poner fin a la defecación al aire libre.

"La prioridad fundamental es resolver la situación de los 892 millones de personas más desposeídas del mundo que siguen defecando al aire libre porque se trata de la mayor expresión de desigualdad", dijo el coordinador del informe en la OMS, Bruce Gordon.

Aunque "se han hecho progresos", agregó Gordon, "éstos son muy lentos".

Todo ello, más la ausencia en muchos hogares, centros de salud y escuelas de agua y jabón para lavarse las manos, provoca diarrea y está relacionado con la transmisión del cólera, la disentería, la fiebre tifoidea y la hepatitis A.

Gordon indicó que en África subsahariana sólo el 15 por ciento de la población tiene acceso a agua y jabón.

La ausencia de agua, de higiene y de servicios de saneamiento apropiados son causantes del 90 % de las enfermedades diarreicas y de hasta la mitad de las patologías respiratorias.