A dos meses de las elecciones presidenciales una de las grandes interrogantes es la participación ciudadana que el evento logrará. Eso porque hace algunos años se ha instalado, a través de encuestas y estudios, la idea de que la política no "encanta" a los chilenos.
Esa sensación la corrobora el Estudio Longitudinal Social de Chile (Elsoc) del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (Coes), que ayer dio a conocer su módulo Desigualdades de voz política en Chile, en el cual un 43% de los 3.000 ciudadanos entrevistados se declaró "nada" satisfecho con la democracia y otro 25% "poco satisfecho".
El Elsoc está compuesto por módulos que estudian qué piensan, qué sienten y cómo se comportan los chilenos. Recientemente se dio a conocer uno sobre Conflicto, Desigualdad y Territorio.
El módulo presentado ayer aborda la desigualdad en política, y afirma que tras el plebiscito de 1988, "la participación electoral ha bajado constantemente, lo que a largo plazo implicará problemas de legitimidad en la representatividad de los gobiernos".
Matías Bargsted, investigador Coes y académico del Instituto de Sociología de la U. Católica, destaca que en el estudio Latinobarómetro la valoración de la democracia en 2013 llegó a su máximo nivel, con 63% de aprobación. Los resultados Coes muestran una caída en relación a ese estudio. "Yo diría que está creciendo la respuesta de la indiferencia, de las personas que no ve diferencias entre un sistema u otro", sostiene.
Un 30% de los encuestados está más de acuerdo con que "a la gente como uno, nos da lo mismo un régimen democrático que uno autoritario".
Incluso, el 14% afirma que en algunas circunstancias, un gobierno autoritario puede ser preferible a uno democrático.
Ello ocurre, dice Bargsted, por efecto de las experiencias políticas de corrupción posteriores a 2014. "Eso hace que la gente vea la política como un sistema desordenado y oportunista, donde las elite se aprovechan usando información privilegiada en su beneficio en contraste de la mayoría de la población", aclara.
Octavio Avendaño, cientísta político de la U. Alberto Hurtado, resalta que el fenómeno se viene dando desde mediados de los 90. "Ya en el 2001 el apoyo a la democracia es menor al 50% (aún cuando después subió), algo que se está arraigado en la población", dice.
La Encuesta Nacional UDP de 2015, reveló una caída de 56% a 51%en el apoyo a la democracia respecto a 2010.
Varios factores explican esta baja. Uno, es que muchas veces no se separa entre el apoyo a la democracia y el apoyo al gobierno de turno. "Otro aspecto es la creencia de que la política no influye en sus vidas cotidianas. Lo que se manifiesta en indiferencia, en especial en los más jóvenes y clases bajas", dice Avendaño.
Alfredo Joignant investigador principal Coes y de la U. Diego Portales, dice que pese a todo, con el 56% de adhesión según este estudio, "la democracia sigue siendo el régimen más preferido".
Con respecto a la insatisfacción, agrega que se vincula con la desconfianza en las instituciones políticas, "pero no porque haya insatisfacción hay preferencia por el autoritarismo, eso significa que hay malestar con el funcionamiento de la democracia".
Ante los resultados, dice Bargsted, "hay que distinguir bien si la despolitización de la sociedad chilena es porque la política genera anticuerpos o los actores políticos de las últimas décadas es lo que la gente rechaza".