Hogares de mala calidad donde se vive en hacinamiento, desconexión del resto de Santiago y un ambiente de violencia que no da tregua. Es el panorama que se aprecia en 162 barrios críticos de la zona sur de la Región Metropolitana donde residen 702 mil personas, según un estudio de la oficina de urbanismo Atisba Monitor.
La firma realizó un análisis de los sectores incluidos por el Ministerio Público en los mapas del Observatorio del Narcotráfico en Chile. Se trata de poblaciones ubicadas en San Joaquín, Macul, La Florida, La Granja, San Ramón, San Bernardo, La Pintana y Puente Alto donde hay una alta tasa de delitos ligados al comercio de drogas. El reporte dice que en esos lugares habitan 702.510 personas, que residen en 176.425 hogares, es decir más de un tercio de la población total de esas nueve comunas, que suman 2.2 millones de habitantes.
En la investigación se cruzaron los datos policiales con las características urbanas de estas zonas como la calidad de las viviendas, el déficit de áreas verdes, el acceso de sus habitantes a servicios como el Metro o recintos policiales.
"Son barrios donde ha faltado la presencia del Estado para superar las brechas históricas que tienen en todos los ámbitos", explica Iván Poduje, arquitecto y socio de Atisba, quien agrega que los lugares afectados equivalen en superficie a Viña del Mar.
Un aspecto que se midió fue la conectividad que tienen los vecinos a medios de transporte como el Metro, el que genera plusvalía en su entorno y disminuye los tiempos de viaje. Se concluyó que 135 de los 162 barrios quedan a una distancia de más de 600 metros de ese servicio, lo que se evidencia, en especial, en La Pintana, que queda totalmente fuera del rango del ferrocarril.
Por ello, Poduje sostiene que se deben extender los trazados del Metro hacia esas zonas para dar conectividad. Además se plantea un alto deterioro en esas poblaciones debido a la falta de áreas verdes. En esos puntos hay un promedio de dos metros cuadrados por persona.
En cuanto a servicios públicos clave como establecimientos policiales, se aprecia que los vecinos de barrios de Macul, La Florida y El Bosque no tienen accesibilidad a esos lugares.
Comunas
El alcalde de La Granja, Felipe Delpin, sostiene que debido a los niveles de delincuencia han debido realizar cabildos con los vecinos y la autoridad, exigiendo mayor dotación policial.
"Algunas poblaciones son tierra de nadie: hay balaceras a diario por enfrentamientos entre los narcos, lo que genera temor entre los vecinos". Añade que a esto se suma el deterioro de las viviendas, pues gran parte de ellas fueron edificadas en la década del 80. "Los departamentos tienen 35 metros cuadrados, por lo que las familias viven en hacinamiento", añade.
Germán Codina, alcalde de Puente Alto, sostiene que el sector Bajos de Mena (que fue denominado el mayor gueto de Chile) es uno de los símbolos de la segregación, aunque el municipio ha activado un plan de obras para mejoras la zona. "Esto se ve en que aún no existe un cuartel de Bomberos porque el gobierno no destinó recursos. Además, durante años no hubo una comisaría", sostiene.
El sector es clave, pues concentra a un tercio de los residentes de la comuna, los que viven en blocks mal ubicados. Por ello, Codina pidió a la empresa Metro que estudie la extensión del servicio hacia ese barrio. También pidió que se aprueben mayores atribuciones a los municipios para que los guardias puedan portar armas.