Desde la plataforma de lanzamiento 39A en Cabo Cañaveral, la compañía aeroespacial de Elon Musk realizó el lanzamiento número 15 de su proyecto Falcon 9, la alternativa privada a los lanzamientos de la Nasa que está siendo usada para todo tipo de misiones aeroespaciales.
Pero este lanzamiento no era como los anteriores: se trataba de la primera vez que SpaceX es contactado para lanzar un satélite de inteligencia estadounidense, por lo que la presión era real. De los 14 lanzamientos que habían hecho anteriormente, cinco habían fallado y nueve había sido un éxito para la compañía. Es por eso que nada se dejó al azar. De hecho, la empresa decidió posponer en un día la operación por problemas en uno de los sensores de la nave.
Al día siguiente, todo salió bien. A las 7:15 de la mañana, hora de Florida, el cohete despegó y tras 2 minutos 20 segundos de vuelo, la carga se desacopló de manera exitosa. Mientras la mitad de arriba siguió su rumbo a un sitio clasificado por la inteligencia de Estados Unidos, la mitad de abajo realizó un descenso programado, el cual permite reutilizar los cohetes de SpaceX, lo que reduce los costos y acelera la posibilidad de enviar más cargamento a futuro.
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Esta posibilidad de reutilizar las naves era una característica fundamental de los Transbordadores espaciales de la Nasa, con los que la agencia espacial se mantuvo activa por casi 3 décadas, hasta que decidió retirar sus naves tras dos accidentes y por la fatiga del material.
Se desconoce el uso que tendrá este satélite llamado NROL-76, pero al menos para SpaceX supone que en el futuro podrá formar parte de un mayor tipo de misiones mientras la Nasa se prepara para conquistar Marte.