Este año, Meryl Streep rompió todas las marcas, convirtiéndose en la actriz más nominada en la historia del premio, con 18 candidaturas. La entrega de los Oscar siempre viene acompañada de este tipo de datos y los cinéfilos del mundo comienzan a hablar de estadísticas y probabilidades, así como también de la trivia histórica de la premiación.
En 1998 sucedió uno de aquellos momentos, cuando Roberto Benigni, el protagonista y director de La vida es bella, saltó de alegría, se subió sobre su asiento y repartió besos al escuchar que ganaba como Mejor Director.
En otra oportunidad, Christopher Reeve, pocos meses después de sufrir el accidente que lo dejó paralítico en 1995, dio uno de los discursos más emotivos en la historia de la ceremonia, ante una audiencia del Teatro Kodak que no podía contener las lágrimas. Más reciente y fresco en la memoria permanece el instante en que se concedió el Oscar póstumo a Heath Ledger, en la categoría de Mejor Actor de Reparto, por su impresionante interpretación de El Guazón, en Batman: El caballero de la noche. El premio lo recibieron sus padres en compañía de su hermana.
Pero la ceremonia del Oscar es recordada también por las injusticias que ha cometido la Academia a través de su historia. Dentro de las entregas cuestionadas figura la de 1976: en aquella oportunidad, Rocky, la cinta que catapultó al estrellato a Sylvester Stallone, se quedó con los premios a Mejor Película y Director, mientras que Taxi Driver, de Martin Scorsese, se iba con las manos vacías. Otro de los nominados de ese año era Alan J. Pakula, quien competía con su película Todos los hombres del presidente. A su vez, en 1981 Robert Redford desplazó a Scorsese y David Lynch: su filme Gente como uno venció a Toro salvaje y El hombre elefante.
Los cinéfilos también recuerdan que en 1941, ¡Qué verde era mi valle!, de John Ford, se impuso en Mejor Película a El ciudadano Kane, de Orson Welles, para muchos la mejor cinta de la historia. Otras estatuillas polémicas han sido las entregadas a Danza con lobos por sobre Buenos muchachos, y a Shakespeare enamorado en lugar de Rescatando al Soldado Ryan, en 1998. La lista de olvidados es larga: Alfred Hitchcock, Charlie Chaplin y Stanley Kubrick fueron nominados, pero nunca galardonados.