"La luz de estos aparatos, una luz de carácter azul, que es la que más interfiere con nuestro reloj biológico, inhibe la secreción de melatonina que es la hormona que le dice al cuerpo que ya es la hora de acostarse, por lo tanto, es como si el día se acabara más tarde", dice Leonardo Serra, neurólogo y jefe del Centro de Trastornos del Sueño de la Clínica Alemana, sobre el impacto que tiene revisar el smatphone antes de dormir. Lo óptimo es desconectarse del teléfono dos horas antes de acostarse.
Esta nociva conducta se ha masificado a toda hora. Hoy más del 93,2% de los chilenos lo primero que hace en la mañana es revisar el celular y el 88,4% reconoce que duerme con él bajo la almohada o encima del velador, según un estudio realizado por el think tank Tren Digital de la Facultad de Comunicaciones de la U. Católica, que será dado a conocer hoy. Pero eso no es todo: la dependencia ha llegado a tal punto que el 83% de los personas reconoce que se ha devuelto a su casa a buscar su smartphone, sin importar que tan lejos esté y 43,2% lo revisa una vez por hora y el 10,4% a cada instante, entre otros resultados.
"Lo que genera dependencia en el uso de tecnología es que se crean hábitos producto del uso reiterativo y la ritualización de conductas. Por ejemplo, las personas casi nunca requieren saber algo en las mañanas de su teléfono, pero el revisar apenas se despierten se convirtió en un ritual, producto de las actividades reiterativas se genera un hábito, y después ya se produce la dependencia", dice Daniel Halpern, director de Tren Digital.
Normas tempranas
El estudio denominado Informe sobre dependencia a smartphones y redes sociales en Chile #levantemoslavista, se realizó entre los días 5 y 26 de noviembre pasado y participaron 1.150 usuarios con acceso a internet a nivel nacional. El sondeo fue iniciativa de The Cow Company, productora de eventos y medios digitales, con el apoyo de diversas empresas privadas.
"Partió como una inquietud personal, me di cuenta que mi celular siendo una tremenda herramienta de trabajo y sociabilización, estaba abarcando momentos y situaciones donde no era adecuado. Cuando empezamos a investigar un poco más en la agencia, nos dimos cuenta que era un 'problema país'", dice Ronny Majlis, gerente general de esta firma, quien espera que se instale un debate sobre su uso adecuado en la sociedad.
La investigación también arroja que el 53% de los chilenos ha prometido usar menos el celular y no lo ha cumplido, que al 63% lo han retado por usarlo en su momento inadecuado, y que al 63% le han tocado la bocina por no avanzar mientras manejan por estar revisando su smarphone.
Serra explica que la dependencia del teléfono todavía no es calificada como una enfermedad, sin embargo, el fenómeno ha sido catalogado informalmente como FOMO (Fear of Missing Out) que es el miedo a perderse algo. "Las personas quieren estar en todas al mismo tiempo", dice el especialista.
Majlis agrega que existen medidas que se pueden implementar para controlar el uso de estos dispositivos, como las que se han implementado en algunos bares donde los mismos dueños o las marcas de licores han incentivado el dejar el celular en casilleros o cajas a cambio de premios. "En otros países hemos visto campañas en cines, aplicaciones que muestran que tan adictos estamos", plantea.
Según el estudio, el 69,5% de los miembros de una familia con hijos, sienten que los integrantes de la familia prestan más atención a los teléfonos que a la convivencia en el hogar.
Para Juan Pablo Westphal, sicólogo del Centro de Salud Mental de la Clínica Santa María, es necesario controlar la dependencia desde temprana edad, colocando horarios, límites para que cuando el niño sea adulto sepa controlar la ansiedad de no estar conectado. Sobre este tema, la investigación arrojó que el 68,8% de los entrevistados con hijos ya restringió el horario de estos dispositivos en la semana