La tragedia de la disco porteña Cromañón, que le costó la vida a 194 personas, cumplirá mañana diez años y su investigación continúa sin sentencia firme pese al reclamo de justicia de sobrevivientes y familiares de las víctimas del incendio que marcó la vida en la capital argentina.
Las paredes tiznadas, las zapatillas de los que intentaban escapar desesperadamente del fuego y el humo tiradas entre las cenizas, marcas de manos que buscaban abrir la salida de emergencia bloqueada con candado, alguna botella sin beber sobre la barra.
Una década después, la disco Cromañón sigue igual en el barrio porteño de Once, como un símbolo de aquella tragedia que dejó profundas marcas.
La Justicia condenó a 15 personas, entre ellas los integrantes del grupo de rock Callejeros que tocaba en el momento en que se desató el incendio. También recibieron penas su manager, Diego Argañaraz; el dueño del local, Rafael Levy; el administrador de la disco, el recientemente fallecido Omar Chabán; un subcomisario y ex funcionarios del gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
Diez de los condenados fueron liberados y aguardan en libertad que la Cámara de Casación defina su situación.
Una bengala, uno de los artefactos de pirotecnia favoritos de los fans de la banda, prendió el 30 de diciembre de 2004 una de las telas que cubrían el techo de la disco que albergaba a muchas más personas del máximo habilitado por las autoridades.
Cromañón estaba habilitado para unas 1.000 personas, pero esa noche ingresaron cerca de 4.500, según las investigaciones judiciales.
La tragedia tuvo un alto costo político para el entonces jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Aníbal Ibarra. Fue sometido a juicio político y destituido. Al mismo tiempo, comenzó la causa judicial que cumple también diez años.
La falta de control de las autoridades quedó expuesta como pocas veces antes y motivó amplios cambios, clausuras de bares y discotecas y nuevas medidas de seguridad que rigen hasta hoy. Salidas de emergencia, cupos máximos de ingreso, telas y materiales ignífugos, entre otras.
Pero la herida no cerró y las zapatillas de tela con la leyenda "Justicia" que cuelgan frente a Cromañón son sólo una muestra del dolor.
La tragedia es recordada con numerosas actividades. Se organizaron recitales musicales, muestras, murales, un festival solidario y dos actos centrales. Sobrevivientes y familiares se reunirán mañana en la Plaza de Mayo, frente a la sede del gobierno argentino, para marchar por la noche hacia el local incendiado con el fin de "luchar contra la impunidad" y reclamar "justicia".
Seguidores de Callejeros se reunirán en tanto frente al tradicional Obelisco porteño para "transformar el dolor en poesía".