"Se nos ha ocurrido lanzar una propuesta, que pudiera llamarse el Alba, Alternativa Bolivariana para las Américas. Un nuevo concepto de integración que no es nada nuevo, se trata de retraer o de traer nuevamente un sueño que creemos posible, se trata de otro camino, se trata de una búsqueda, porque ciertamente la integración para nosotros es vital: o nos unimos o nos hundimos. Escojamos, pues, las alternativas". En el marco de la III Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Asociación de Estados del Caribe, que se celebró en la isla de Margarita en diciembre de 2001, el entonces Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, planteaba así la creación del Alba, la plataforma de integración latinoamericana y caribeña que se materializó tres años después, el 14 de diciembre de 2004, en La Habana, con la firma de una declaración conjunta por parte de Chávez y su par cubano, Fidel Castro.
Al igual como en 2004, la capital cubana recibe hoy a los mandatarios de los ahora nueve países miembros de la rebautizada Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, para conmemorar el décimo aniversario de la fundación del bloque ideado por Chávez y Castro como alternativa al Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (Alca) impulsado por Estados Unidos.
Pero a 10 años de la creación del Alba, el bloque llega debilitado, según los analistas. Además, dada la caída en los precios del petróleo y la severa crisis económica, Venezuela no estaría en posición para liderar el bloque ni continuar su política asistencialista a sus aliados políticos del bloque.
"Se le quiso dar una proyección mayor que no llegó a alcanzar. Su rol es básicamente político, aunque es incapaz de imponer disciplina a sus miembros", explica a La Tercera Carlos Malamud, investigador principal de América Latina del Real Instituto Elcano. Sin Chávez ni Castro, la plataforma "carece de liderazgo claro y no hay nadie capaz de ejercerlo", agrega. En la misma línea se plantea el historiador cubano Rafael Rojas, quien aseguró que la crisis venezolana ha acentuado "la pérdida de influencia del bloque del Alba en América Latina, que ya comenzaba a percibirse desde la convalecencia de Hugo Chávez".
Distinta es la visión del secretario ejecutivo del Alba, Bernardo Alvarez, quien considera que esta instancia integracionista ha jugado un papel vital "en términos de inclusión social, en términos de la soberanía política, de buscar un mundo pluripolar". "Hoy en día hay un reconocimiento al Alba internacionalmente. Todos los sistemas latinoamericanos de integración han puesto en ella la coordinación de los asuntos sociales", expresó Alvarez, al destacar el reconocimiento político con el que cuenta el bloque.
Según Alvarez, la XIII Cumbre del bloque en La Habana se enfocará en "el relanzamiento de todo el aspecto económico de desarrollo del Alba". En ese sentido, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, adelantó que propondrá el desarrollo de la zona económica complementaria Alba-Petrocaribe-Mercosur, durante la cumbre de jefes en La Habana, para "romper" con los individualismos de los países. "Nosotros llevamos un plan (...) que tiene como centro fundamental el desarrollo de nuestra zona económica productiva para los próximos 10 años y romper esa dinámica individualista que tenemos de que cada quien en lo económico hace por su cuenta lo que quiere hacer", aseguró.
"El interés se centra en dar un salto a lo económico, y cuando digo económico me refiero a la complementación, los proyectos conjuntos", explicó Alvarez, quien aseguró que esta Zona Económica junto al Banco del Alba y el Sistema Unitario de Compensación Regional de Pagos (Sucre) "jugarán un papel con más impacto". Según el informe de gestión 2004-2014 del bloque, "la completa sinergía entre la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América y del Tratado de Comercio de los Pueblo (Alba-TCP), Petrocaribe, Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Comunidad del Caribe (Caricom), allanará el camino para la conformación de un bloque político y económico más amplio y fuerte, que oriente la integración a la más reciente creada Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac)".
El mismo informe de gestión asegura que el PIB de los nueve países se incrementó en US$ 82.400 millones entre 2005 y 2012. Al mismo tiempo, se destaca que el conjunto de países del Alba cuenta con el 71,6% de las reservas probadas de gas de toda América Latina y el Caribe.
Pero el embajador de Venezuela en Uruguay, Julio Ramón Chirino, destaca que los acuerdos del Alba-TCP se basan "más en la solidaridad entre países y aspectos sociales, que en programas económicos". Según datos del bloque, en estos 10 años 3,8 millones de personas han sido alfabetizadas y 3,4 millones han recibido atención oftalmológica a través del programa Misión Milagro. Asimismo, se asegura que los países miembros pasaron de tener un Indice de Desarrollo Humano de rango medio (0,658) en 2005, a un rango alto (0,721) en 2012, "lo que evidencia las mejoras en la calidad de vida de la población".
"El Alba ha contribuido en estos 10 años no sólo a la idea de haber sido un acto de rebeldía, sino también de apostar que era posible otro camino. No hay duda de que se revirtió el tema de la exclusión y la marginalidad", dice Alvarez.
El bloque, integrado por Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Dominica, Antigua y Barbuda, Ecuador, San Vicente y las Granadinas y Santa Lucía, suma cerca de 75 millones de habitantes (el 12% de la población de América Latina y el Caribe). Según Prensa Latina, se espera que en la cumbre de hoy se oficialice la membresía de San Cristóbal y Nieves y Granada.