“Sus grandes alas blancas, su cola, su quilla le daban el aspecto completo de un ave enorme”, relata un testigo en la nota de prensa que publicó el diario El Ilustrado, en la que se informó a los chilenos del primer vuelo efectuado en cielos nacionales, y que se registró el 21 de agosto de 1910, esto es siete años después de que los hermanos Wilbur y Orville Wright hicieran volar, por primera vez en el mundo, un aeroplano en diciembre de 1903.

Este domingo se cumplen 106 años de la hazaña local, que será celebrada en el Museo Nacional Aeronáutico y del Espacio, de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), ubicado en Cerrillos. Ahí se expone la réplica exacta del biplano que se usó para ese primer vuelo por cielo chileno. Además, el organismo también cumple 86 años.

La historia del primer vuelo en Chile tiene cuatro protagonistas: dos primos y dos hermanos. Los primeros, relata el historiador del museo, Eduardo Werner, son “David Echeverría Valdés y Miguel Covarrubias Valdés, quienes financiaron (en 1909) la compra de un biplano Voisin, con la idea de efectuar vuelos en Chile para el centenario de la Independencia Nacional, en septiembre de 1910”, señala.

Los otros son los hermanos César y Félix Copetta Brossio, ambos fabricantes de bicicletas y mecánicos de auto. Apoyado por Echeverría, César viajó a Francia para empaparse de la fiebre de aviones que por esa época se vivía en ese país, ya que en 1906 el brasileño Alberto Santos Dumont fue el primer hombre que despegó el avión 14-Bis, usando sus propios medios y sin el auxilio de dispositivos de lanzamiento recorrió 60 metros en siete segundos. Este hecho fue recordado en la reciente inauguración de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. César Copetta se transformó en piloto, mientras que su hermano Félix se hizo cargo del funcionamiento de la aeronave. “Ese día se logró hacer tres vuelos, esto según el concepto de vuelo que conocemos hoy, porque los hermanos Wright se elevaron ayudados por una especie de catapulta. El Voisin de los Copetta se elevó por sí sólo, con su motor, dio una vueltas alrededor del terreno y luego aterrizó”, añadió Werner.

Según los documentos de la época, estas pruebas se realizaron en la Chacra Valparaíso, que actualmente estaría ubicada en la intersección de las calles Irarrázaval y Diagonal Paraguay. En el tercer vuelo Copetta aterrizó mal y el avión quedó con daños. “No pudo usarse para la ceremonia del centenario de Chile”, explica.

Para el bicentenario de 2010, la DGAC se embarcó en un proyecto de más de dos años para hacer una réplica de este avión. Rubén Gutiérrez, director del museo, asegura que fue un “trabajo extraordinario que dirigió el ingeniero aeronáutico Mario Magliocchetti, junto a un equipo de la U. Andrés Bello. Tomaron las fotografías disponibles y antecedentes que llegaron de Bélgica y elaboraron los planos para finalmente construir la réplica a escala real”. Este avión hoy se exhibe al público en dicho museo.