Fue un hallazgo. Cuando entró al Museo Rosenbach de Filadelfia, le dijeron que era el primer descendiente de Bram Stoker que los visitaba. Bisnieto del escritor irlandés, Dacre Stoker sabía que el museo guardaba papeles de su antepasado, pero no esperaba lo que encontró: 125 páginas manuscritas con las anotaciones para Drácula, su obra maestra. En ellas estaban todos los personajes y tramas que su bisabuelo pensaba incorporar, incluso algunos que no entraron en la edición, como Jack el Destripador. Los asesinatos del sicópata de Londres habían impactado a Stoker. Y así lo corroboró Dacre en otro documento: un prólogo escrito para una edición islandesa, donde el autor anotó: "Estos crímenes volverán a aparecer".
Esas eran las pruebas que Dacre Stoker buscaba: el viejo Bram quería escribir una secuela. Con ese material como base, Stoker y el escritor y guionista Ian Holt resucitan al vampiro más famoso en Drácula, el no muerto, título tomado de las notas del autor. Editada en español por el sello Roca, la novela aparece a 110 años de la original, que se publicó en Londres en 1897, y en medio de un boom mundial de los adolescentes con colmillos.
"Ian y yo teníamos la sensación de que, ahora que los vampiros vuelven a ser populares, era una buena ocasión para dar al lector la oportunidad de conectarlos con Bram Stoker y conocer el origen de la historia", dice el bisnieto del autor a La Tercera.
Ex seleccionado de pentatlón y entrenador del equipo olímpico de Canadá en los juegos de Seúl 88, el único antecedente literario de Dacre era un ensayo que escribió en la universidad sobre su bisabuelo. Pero hace seis años recibió la propuesta de Ian Holt. Especialista y miembro de la Sociedad Transilvana de Drácula, tenía un guión para una novela. A Dacre le interesó, pero "quería pruebas concluyentes de que se justificaría una secuela". Investigó y con sus hallazgos reelaboraron el guión. Gracias a su experiencia en el deporte, dice, "fui capaz de organizar las diferentes subtramas y los movimientos de los diferentes personajes".
Ambientada en 1912, la novela transcurre 25 años después de Drácula. Retoma al elenco original y agrega nuevos personajes: el detective Cottford, Jack el Destripador y una nueva villana, la condesa húngara Erzsébet Báthory, quien -según la leyenda- se bañaba en la sangre de sus sirvientas para mantenerse joven.
El matrimonio de Mina y Jonathan Harker está en crisis. Ella no ha envejecido, mantiene su belleza intacta y ha comenzado a soñar con Drácula. La verdad, nunca lo ha olvidado. Su marido tampoco: le basta mirarla, eternamente joven, para recordarlo. Así, se ha vuelto alcohólico. El doctor Seward es adicto a la morfina, Holmwood nunca superó la muerte de Lucy y el profesor Van Helsing es considerado sospechoso del asesinato de una prostituta destripada en un callejón. Una maldición parece acechar a todos los que estuvieron en el castillo de Drácula hace 25 años, aquella noche cuando creyeron haberlo derrotado.
"En mi opinión, Drácula no murió, pues le clavaron un cuchillo en el corazón y se deshizo en una montaña de polvo. El propio Bram dejó claro, a través de su personaje Van Helsing, que la única forma de matar a un vampiro es clavándole una estaca de madera en el corazón y cortándole la cabeza. Por eso, a mi modo de ver, el convertirse en polvo fue sólo un recurso para poder regresar en el futuro", dice Dacre.
El eje de la historia es Quincey Harker, el hijo de Mina y Jonathan. Estudia leyes en La Sorbonna por imposición paterna, pero su pasión es el teatro. Conoce a Basarab, un famoso y misterioso actor rumano, y se rebela contra su padre. Se entera de que en Londres montarán una obra titulada Drácula, de Bram Stoker. Lee el texto y reconoce la historia de sus padres. Y una avalancha de preguntas lo acosa.
SANGRE Y SEXO
Dacre dice que la novela es un homenaje a su bisabuelo. Escrita con la agilidad del bestseller, la novela está llena de aventuras, sangre y sexo. Y está cruzada de referencias al cine, al teatro y la vida de Bram Stoker. Su Drácula parte del original, pero tiene mucho del filme de Ford Coppola.
"El nuevo Drácula es una fusión de muchos Drácula, partiendo por el personaje de Bram y siguiendo con el real, el príncipe Vlad Tepes", dice Dacre. "Todavía es un vampiro sediento de sangre, pero ha desarrollado un lado romántico y siente la necesidad de explicar que el mal no es sólo blanco y negro, que puede venir en diferentes tonalidades de gris".
En su versión el sexo es más explícito. ¿Por qué?
Creo que nuestra novela es muy similar en el contenido sexual a la novela que Bram escribió en 1897. Hay que considerar la perspectiva y las sensibilidades en el momento en que ambas fueron escritas. El Drácula de Bram era muy atrevido para su tiempo. Incluye la descripción de una orgía de tres mujeres con Johnathan Harker en el castillo; los delicados labios en el cuello perforando la piel y el intercambio de fluidos. ¡Esto era muy sexy en la época victoriana! Necesitábamos tener suficiente vapor sexual para no decepcionar a los lectores de hoy.
¿Qué pensaría su bisabuelo?
Creo que estaría orgulloso de que un familiar se interese en escribir una secuela del libro. Le habría gustado que mantiene a sus personajes y desarrolla su historia original.
¿Qué opina de la saga de Stephenie Meyer?
Es maravilloso que haya encontrado un género: adapta los vampiros a los años de adolescencia. Esa edad es terrible para los adolescentes y los padres por igual. A veces los adolescentes y los vampiros luchan por encontrar la manera de encajar en la sociedad. Mientras ambos pueden sentirse invencibles, al mismo tiempo son muy vulnerables también.
¿Qué nos puede contar del proyecto de película?
Ian escribió el guión y está siendo estudiado en Hollywood.
¿Cuáles son sus películas favoritas de Drácula?
Me encantó la versión original de Tod Browning de 1931, con Bela Lugosi, y la versión de 1992 de Coppola.