El fútbol brasileño y el mundo recuerda a una de sus grandes estrellas, Manoel Francisco dos Santos "Garrincha", el genio del regate, de cuya muerte a causa de una cirrosis se cumplen hoy 30 años.
Eterno ídolo del Botafogo y campeón mundial en 1958 y 1962 con la selección en la que brillaban Zagallo y Pelé, el "Anjo das pernas tortas" (Ángel de las piernas torcidas) falleció el 20 de enero de 1983.
El Botafogo, equipo con el que jugó 612 partidos y marcó 243 goles, disputa esta tarde la primera jornada del campeonato carioca, el mismo torneo en el que el jugador se estrenó con el cuadro en 1953 y anotó un gol desde el punto de penalti.
La prensa deportiva brasileña recordó hoy el genio del deportista y su habilidad para desequilibrar al rival.
La joven estrella del Santos Neymar, comparado a Garrincha por su estilo de juego, aseguró que el fallecido deportista "continúa siendo un crack para los que lo vieron jugar".
Padre de 14 hijos no reconocidos y poco amigo de las declaraciones a la prensa, concedió una entrevista un año y medio antes de morir a un periodista argentino que no fue publicada hasta fines del año pasado.
En esa entrevista, el deportista repasó algunos de los capítulos más oscuros de su biografía como su lucha contra el alcoholismo, el abandono de amigos como Pelé y la desaparición de muchas personas próximas cuando su carrera profesional tocó a su fin.