Varias veces, emplazados para que describan el sonido de su nuevo álbum, los músicos de Cómo Asesinar a Felipes dirán: "Cabezón". Nada que ver con las métricas rotas o pasajes complejos que han poblado sus cuatro trabajos previos. "Cabezón", explican, y lo acompañan con un movimiento pendular de la cabeza, emulando el ritmo de un beat imaginario y frenético. Ahí queda claro. El próximo trabajo de la banda es lo más acelerado que han registrado: un ímpetu punk, desatado desde varios frentes, que hoy -con su primer single- levanta su primera bandera.

El nuevo álbum de Cómo Asesinar a Felipes hará su aparición en digital el martes 28 de octubre. Un mes después, el 29 de noviembre en Teatro Italia, la banda lo presentará en vivo, ya con su primer vinilo editado y a la venta. Será el quinto disco. Se llamará CAF V. Son cinco integrantes, cinco canciones, cada una de cinco minutos. Una ecuación que emerge, en parte, por la reafirmación de la banda como quinteto, tras la partida del pianista Marcos Meza en septiembre del año pasado.

"Pensamos en grabar como cuarteto, pero llegó Gabo (Paillao) y en dos semanas estábamos tocando", comenta Sebastián Muñoz, bajista del grupo. Paillao -con experiencia junto al rapero Hordatoj, entre otras militancias- "trajo una energía nueva", describe el baterista Felipe Salas. A principios de 2014 ya había un nuevo álbum compuesto. "En vivo nos sale esta actitud más punketa que nunca habíamos logrado plasmar en un disco. Queríamos canciones más concentradas, renovar un poco la energía. Y teníamos justo lo que queríamos", relata Muñoz.

Soy el número cinco

Aprovechando una invitación al festival Vive Latino, la banda agendó un día en San Francisco, en el estudio de Billy Gould, el bajista de Faith No More y mandamás del sello Koolarrow. En Comenzará de nuevo (2012), el trabajo anterior de los chilenos, Gould lo hizo a distancia. Esta vez, el bajista estuvo presente tras los controles, durante toda la grabación. "Hizo comentarios. Pero llegamos con las canciones cuadraditas y no dejamos mucho espacio para que las personas opinen, sea quien sea", aclara Muñoz.

Adentro del estudio, otro cambio de hábito: por primera vez el álbum no se grabó con la banda tocando a la vez. Se registró por capas. CAF, a ocho años de su fundación, sigue probando las teclas incómodas. "Este disco contiene las letras más directas del Koala (Contreras, vocalista del grupo) y hay más agresividad. Hoy, la música está muy liviana. Todo da para ponerlo en una tienda de ropa. No tengo nada contra eso y seguro hay muchas bandas que uno no conoce. Pero sentimos un vacío de mensaje, de actitud, y lo intentamos llenar, porque yo lo quiero escuchar en alguna parte", comenta Salas.