A Matías Domínguez lo separan 18 hoyos de Augusta
El chileno enfrenta hoy como líder la última jornada del Latinoamericano Amateur de golf. Si gana, clasifica al Masters 2015 y será el segundo nacional en ir a ese major.
Con cinco años, un niño da sus primeros pasos como golfista. En las canchas del Prince of Wales Country Club, Matías Domínguez comienza su aventura en este deporte. Será un camino que, 15 años después, lo tiene a las puertas del logro más importante de su carrera, jugar el Masters de Augusta, lo que sólo un chileno ha podido hacer: Enrique Orellana, en 1964.
Tras las tres primeras jornadas, Domínguez marcha primero en el Campeonato Latinoamericano Amateur de golf, en Buenos Aires, cuyo ganador irá a Augusta.
Estudiante de la Universidad de Texas Tech, asegura estar viviendo algo que jamás imaginó. "Nunca pasó por mi cabeza poder lograr esto. Eso sólo cambió cuando anunciaron la realización de este torneo hace un año. Ahí recién dije 'al fin los latinoamericanos tendremos una oportunidad'. Crecí jugando muchos deportes y terminé quedándome con el golf, que es una carrera que dura mucho, por lo que pensaba que debía tener paciencia y que quizás a los 35 o 40 años podía llegar a jugar un major. Nunca pensé que podría llegar a hacerlo tan joven", admite.
Pero este camino no ha estado exento de dudas, razonables para un joven que se encuentra en un momento decisivo en su vida, entre estudiar y tener una vida tradicional o dedicarse al golf profesional.
"He pensado en dejarlo, porque las cosas no te salen y otras porque aparecen otras opciones y otras pasiones, que es lo que me ha pasado ahora y que creo que es lo que le sucede a cualquiera cuando entra a la universidad: conoces diferentes áreas y ves cosas que te pueden gustar más. A mí me gusta la arquitectura, pero siempre he dicho que seguiré en el golf hasta que se me dé la chance de ser profesional. Obviamente, si eso no llegara a ocurrir, seré realista y me dedicaré a otra cosa".
Es por eso que este torneo es un gran empuje en su carrera y que, independientemente de lo que pase hoy, ha alcanzado un nivel que jamás pensó que tendría. "Creía que no tenía golf para jugar así. Este campeonato me dio un giro en ese sentido y demuestra que todo el esfuerzo que he hecho ha valido la pena. Eso me da una satisfacción enorme".
Asegura que esta actuación llegó en el momento justo, ya que necesitaba algo que reforzara su opción. "Hace un tiempo me junté el equipo de mi universidad y les comenté que estaba perdiendo la pasión por el juego. Llevaba un tiempo sin hacer cosas buenas… Estamos justo antes de volvernos profesionales y uno dice: '¿Me dará para poder serlo o no?' Esto demuestra que todo esfuerzo paga".
Augusta en sus manos
Distinto hubiese sido que Domínguez hubiera compartido el liderato con alguien, pero en la cima de la tabla está solo y la opción de ir a Augusta sólo depende de él. "Es difícil controlar las emociones en este momento. Lo bueno es que tengo herramientas para sacarme la presión y alejarme de todo lo que es el juego, eso me tranquiliza", reconoce.
Y el rol que juega la cabeza no es menor. Desde el primer día, ha dicho que la parte mental es fundamental en el juego, por eso no extraña que lleve tres años entrenando la parte psicológica del golf: "Dicen que el 80% de este juego es mental, por lo que decidí que iba a trabajar 20% en mi golf y lo restante, la cabeza. Lo había practicado en libros; ahora al fin puedo llevar todo lo aprendido a la práctica".
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