A propósito de que se conmemoran los 20 años de la muerte del futbolista Raimundo Tupper es bueno precisar conceptos acerca de la depresión y su relación con el ejercicio físico y el deporte tanto con respecto a los síntomas como derechamente al cuadro clínico, ya que suelen existir muchas falacias con respecto a este tipo de patologías en el deporte.
Lo primero es señalar que existen, en términos bien generales, dos tipos de depresión: una denominada reactiva o psicológica y la otra endógena. ¿Cuál es la diferencia? Que la primera se produce como una reacción frente a alguna problemática externa (problemas afectivos, laborales, muertes cercanas...), por lo tanto todos estamos expuestos a padecerla. En cambio la endógena es más biológica y si bien los factores externos pueden gatillarla, no son en sí mismos los que la originan. La persona nace con desequilibrio químico en el cerebro y con incapacidad de secretar sustancias asociadas al estado de ánimo, por tanto se considera mucho más genética que la otra. Esta diferencia no es menor, ya que, la depresión reactiva puede superarse fácilmente, en cambio la endógena es de por vida, y obliga a medicarse.
En el caso específico de Tupper lo que tuvo fue una depresión endógena y se ha establecido que dependiendo de la persona puede ir desde leve a severa.
Este tipo de depresiones no es muy común en el deporte, ya que muchas veces el deportista genera un anticuerpo natural frente a la depresión: la endorfina (también conocida como la hormona de la felicidad), sustancia secretada por el cuerpo que se encarga de elevar el ánimo y controlar en un alto porcentaje la no aparición de la depresión. Lo único observado en casos es un “bajón anímico severo” posterior al retiro deportivo que puede asociarse al término de producción alta de endorfina.
Tal vez una de las enseñanzas que nos ha dejado el caso Tupper, es que este tipo de patologías ya no deben tratarse como algo tabú ni esconderse, sino que más bien educar en torno a esto y ayudar de manera eficiente a quienes tienen este tipo de enfermedades. Ya que un deportista bien diagnosticado y medicado puede seguir su carrera deportiva prácticamente bajo condiciones normales.