Apenas se produjo el cambio de técnico en Universidad de Chile, en julio pasado, Ramón Fernández no sólo se mostró feliz porque volvía a tener la chance de jugar como titular, sino que hizo notar de inmediato que volvía a ocupar su posición preferida en la cancha, que no cumplía desde que estaba en O'Higgins.

En sus palabras había una especie de agradecimiento para Marco Antonio Figueroa por devolverle la confianza y, de paso, una velada crítica al saliente entrenador, Darío Franco, quien no lo tuvo demasiado en cuenta desde que falló un penal en una caída en Antofagasta, en abril pasado. Sin embargo, a casi un mes de la asunción de Figueroa al banquillo azul, Fernández nuevamente está relegado del equipo titular. Y la razón parece ser la misma que en el semestre anterior: su bajo nivel futbolístico.

De su brillante paso por Rancagua, que le valió ser elegido el mejor mediocampista ofensivo del torneo chileno, no queda mucho, salvo el valor que pagó la "U", cerca de  1,6 millones de dólares. Esta vez ya no es un tema de posición en la cancha, como reclamaba el transandino, sino que a ojos del nuevo DT, Fernández no puede convertirse en el dueño del equipo y en la lucha por ser el enganche, Gustavo Lorenzetti le saca ventaja.

Sacarlo del fondo 

Quienes conviven a diario con Fernández en el CDA, coinciden en que verse fuera de la titularidad en esta última semana fue un golpe duro para él. Sobre todo porque pensaba que la llegada de Figueroa le iba a inyectar una alta cuota de confianza, pero también de paciencia, tomando en cuenta que en el semestre pasado casi siempre se vio relegado.

Sin embargo, más allá de haberle dado la titularidad apenas asumió, el "Fantasma" no quedó conforme con su rendimiento. Salvo un par de goles en la Copa Chile, el mediocampista nunca pudo gravitar ni menos hacerse dueño del equipo.

La irregularidad que mostró en el primer semestre volvía a ser un síntoma preocupante en esta segunda parte del año, en la que sí estaba ocupando la posición que le acomoda. Después de cuatro partidos como titular con Figueroa, ante Potosí, en Bolivia, ingresó sobre el final. Y el sábado, frente a Palestino, ni siquiera vio minutos, ya que el DT prefirió el ingreso de Nicolás Maturana para darle más movilidad al equipo.

La presencia de Paulo Magalhaes por Valber Huerta, a los 77', quizás le quitó una opción de sumar unos pocos minutos, pero no oculta el cortocircuito con el DT. "Acá hay un tema que pasa también por lo sicológico. El sabe que siempre lo van a estar comparando con lo que hizo antes en Chile. Desgraciadamente, eso lo está presionando demasiado. Más encima, el equipo no está rindiendo y todas las culpas van sólo hacia algunos", afirma un compañero del transandino.