15 de octubre de 2008. Chile soñaba con volver a una Copa del Mundo y enfrentaba a una selección argentina que no convencía bajo la conducción de Alfio Basile. La hinchada nacional se estaba empezando a convencer con las ideas de Marcelo Bielsa, quien no tuvo un inicio fácil en las Eliminatorias.
Fabián Orellana, quien estaba en un gran momento en Audax Italiano, tuvo que reemplazar a Alexis Sánchez en aquel encuentro en Ñuñoa, compartiendo delantera con Humberto Suazo y Mark González, quien tuvo que salir tempraneramente por un choque con Nicolás Burdisso.
En pleno primer tiempo, la Roja atacaba incesantemente. Marco Estrada controlaba bien a Lionel Messi, mientras Gary Medel se consolidaba en la zaga chilena y, tras un claro dominio de Chile en la primera mitad, Fabián Orellana consumó una jugada colectiva maravillosa para poner el 1-0 que sería final.
Chile pudo ganar por una diferencia mucho mayor, pero parecía que para vencer a Argentina por primera vez en duelos oficiales había que jugar un poco al suspenso.
La generación dorada tuvo su primer gran logro un 15 de octubre. Un recuerdo que ya parece lejano ante tantas historias de esta tropa de jugadores que en 2008 ya hacía soñar a un país, que, esa noche, se rindió ante su pies en el Estadio Nacional.