Exactamente a las 16.25 sonó ayer un cañonazo en Caracas, justo a la hora en que el 5 de marzo de 2013 murió Hugo Chávez, producto de un cáncer. En su recuerdo, el gobierno organizó una serie de actos, entre ellos, un desfile cívico-militar que estuvo encabezado por el Presidente Nicolás Maduro, quien fue acompañado por sus pares de Bolivia, Evo Morales, y de Cuba, Raúl Castro. El mandatario dijo en su discurso que Venezuela está haciendo una revolución pacífica, pero es una "revolución que está armada" y que defenderá su soberanía.
Maduro aludía a la situación que vive el país desde comienzos de febrero, cuando se iniciaron las protestas, las que en un principio fueron convocadas por los estudiantes y a las que luego se plegó la oposición. Estas manifestaciones, que desde entonces no se han detenido, ya han dejado 18 muertos y decenas de heridos y detenidos.
El grito en común de las marchas es en contra de la inflación (56,2% en 2013), la escasez de productos básicos (28% en 2013) y la inseguridad que afecta al país. La situación ha sido comparada por algunos medios con el "Caracazo" ocurrido en 1989, cuando grupos de pobladores de Guatire empezaron a protestar por el alza de precio del pasaje del transporte colectivo, lo que derivó en un estallido social. Según la cadena BBC, es diferente a lo que ocurre ahora, ya que en ese entonces se habían aplicado medidas económicas cercanas al liberalismo norteamericano, que implicaron recortes de gastos y aumentos de tarifas de servicios públicos, con el fin de salvar al país, que estaba quebrado.
En cambio, Maduro heredó un país con una economía débil, que en la actualidad sobrevive a punta del endeudamiento. La estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), que según el diario español El País financia el 60% del presupuesto, produce y exporta menos barriles que hace 10 años. Así, la producción en 1999 (cuando Chávez llegó al poder) era de tres millones y medio de barriles diarios (bpd), mientras que en 2013 fue de 2,75 millones. Esta última cifra fue 49 mil bpd menos que la de 2012. En cuanto a lo que vende, Venezuela sólo consigue un pago a tiempo y en efectivo del 50% de sus exportaciones.
A este panorama se suma que las reservas internacionales del país han caído en el último tiempo. Por ejemplo, entre enero de 2013 y enero de 2014, éstas cayeron un 25,2%. Frente a esto, el diario venezolano Panorama señaló que desde el 2004 que las reservas no estaban tan bajas. "Unas reservas tan bajas incrementan la vulnerabilidad de la economía, pues limitan su capacidad de reacción para afrontar caídas de los precios de exportación o encarecimientos de las importaciones", dijo a ese medio el economista Pedro Palma. Otro factor que ha empeorado la situación es el control a la producción privada. Por ejemplo, de las 11 mil empresas que existían en el país en 1998, 1.200 fueron intervenidas y hacia fines de 2012 quedaban 7.000. Esto ha derivado en que entre el 80% y el 90% de lo que se consume sea importado y la mayoría de las importaciones sean directamente administradas por el Ejecutivo.
Por ejemplo, en 2012, el gobierno retiró el papel periódico de la lista de importación de bienes prioritarios. Así, para la compra de insumos y productos extranjeros, los periódicos (o los distribuidores de papel) necesitan una cuota de divisas que debe autorizar la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi). Esta entrega los dólares a la tasa oficial de 6,3 bolívares, pero en el mercado negro esta divisa se cotiza a una tasa 10 veces mayor. De este modo, no sólo falta papel para los diarios, sino que también papel higiénico, cremas, pasta de dientes y alimentos, entre otros productos.