El mundo se clasifica entre quienes creen y los que no creen en maldiciones. Pero más allá de eso, lo cierto es que el delantero de Arsenal, Aaron Ramsey, acarrea una fama poco decorosa: cada vez que anota, un famoso muere. Una coincidencia tan poco frecuente como trágica.
Y según esta peculiar lógica, las personalidades debieran comenzar a preocuparse porque el atacante marcó este miércoles en el 3-0 de Arsenal ante Fenerbahce, por la fase previa de la Liga de Campeones.
Lo anterior, debido a que la lista de muertos que "carga" Ramsey es larga. Cuando anotó su primer gol como profesional, se produjo la muerte de Osama Bin Laden.
Luego, tras su segunda celebración, a los tres días se anunció la muerte de Steve Jobs.
Por la Liga de Campeones, Ramsey le marcó al Olympique de Marsella, y al día siguiente murió Muamar Khadafi, el dictador libio.
Más tarde, festejó un gol por la Premier League ante Sunderland, y a las horas después perdió la vida la cantante Whitney Houston.
En la temporada pasada, marcó uno de los goles que consumó el desenso del Wigan de Jean Beausejour y Angelo Henríquez. A los pocos días, murieron el cantante español Manolo Galván y el ex dictador argentino Jorge Rafael Videla.