El estilo de liderazgo de Jorge Abbott desde que llegó a la Fiscalía Nacional, hace poco más de un año, está bien marcado y es reconocido en el mundo judicial y político. Su carácter, que él mismo ha definido como "republicano", flemático, diplomático y políticamente correcto, ha hecho que incluso circulen entre los pasillos de General Mackenna -donde están las oficinas de la Fiscalía Nacional- apodos que lo vinculan a la realeza británica, escondiendo críticas directas a su gestión. Abbott se toma con humor que lo comparen con la "Reina Isabel", consciente de que sus antepasados algo tienen que ver.
Lo cierto es que, después de un año al frente del ente persecutor, en el Ministerio Público han tomado nota respecto de la imagen que se percibe afuera, en la opinión pública y entre los usuarios frecuentes del sistema judicial.
Francisca Werth, directora ejecutiva de la fiscalía y brazo derecho de Abbott, que también ha escuchado el apodo, desdramatiza y explica que "esas caricaturas se instalan" y que en este caso, a su juicio, responde a que "don Jorge, en su estilo de liderazgo, permite que cada uno ejerza sus roles".
En el plan estratégico que guiará el período completo de Abbott -que en los próximos días se dará a conocer- se contempla, precisamente, un eje dedicado a mejorar la imagen del Ministerio Público, en el que se incluye robustecer los atributos del fiscal nacional por sobre sus debilidades.
Fuentes del Ministerio Público explican que entre las medidas planteadas para cumplir con esta tarea no se descarta realizar una encuesta de opinión pública.
La misma Werth es quien ha transmitido internamente que "para gobernar hay que tener información", y en ese sentido, ya sea a través de una consultora convocada vía licitación, o utilizando los equipos comunicacionales de las distintas fiscalías del país, se deberá, en el corto plazo, recoger la visión que la ciudadanía posee sobre la institución, los persecutores y su labor.
Del mismo modo, el equipo de trabajo que rodea al fiscal nacional también ha tomado nota de que, a raíz de los casos de financiamiento irregular de la política, el Ministerio Público se ha visto enfrentado a cuestionamientos de parte de empresarios, penalistas y políticos, lo que se ha visto condimentado con las disputas internas que se han evidenciado en casos de alta compleijdad, situando a la institución en una zona de conflictos.
Y así como algunos bufetes de abogados han reforzado, justamente en estas investigaciones, sus estrategias con asesorías comunicacionales, en la fiscalía detectan que también se necesita una mirada comunicacional pertinente para licuar las críticas.
En este sentido, han llamado la atención las adquisiciones que ha realizado la Fiscalía Nacional bajo la administración Abbott. La más llamativa e inusual fue la contratación de una empresa de head hunter que se dedicó a entrevistar candidatos para llenar el cargo de jefe de prensa que dejó vacante Cristián Fuenzalida.
Según el registro de Transparencia Activa de la fiscalía, se pagó en septiembre pasado vía compra directa $ 9.655.779 a la empresa Consultoría e Investigación en RR.HH. SPA (RHS), para reclutar a Verónica Cerda, quien llegó este lunes 5 de diciembre como jefa de la Unidad de Comunicaciones de la Fiscalía Nacional.
Del mismo modo, para realizar el plan estratégico que está a punto de darse a conocer se contrató vía licitación a la empresa Cliodinámica, quienes se encargaron de asesorar el trabajo de planificación.
Hace unos meses también se realizaron talleres a cargo de la empresa de Humberto Maturana, Escuela Matrística, que durante siete meses instruyó -como dice el registro de Transparencia- "en gestión de alto desempeño al equipo directivo de la Fiscalía Nacional". Esto, con un costo de 155 UF mensuales, que en conversión actual asciende a $ 28,5 millones.
El 14 y 15 de julio, además, se contrató los servicios de Sergio Spoerer -académico experto en habilidades directivas- para un encuentro de reflexión entre la dirección de la fiscalía y fiscales regionales. La asesoría tuvo un costo de $ 3,6 millones.
A su vez, desde la semana pasada, Abbott cuenta con un nuevo jefe de gabinete que posee experiencia política. Se trata de Mauricio Salinas, quien hasta el miércoles recién pensado ejercía como administrador municipal de la comuna de Lo Prado, municipio dirigido por Gonzalo Navarrete, presidente del PPD. Pese a que Abbott contó con la colaboración de Salinas mientras fue fiscal regional en Valparaíso, algunos cuestionan que en medio de investigaciones que golpean al corazón de la política, elija como su asesor principal a alguien que proviene de ese mundo.
Con todo, para Werth, el estilo de liderazgo de Abbott es parte de las tareas a enfrentar en 2017. "Don Jorge encarna, en términos valóricos de liderazgo, principios que son fundamentales en un servidor público, como es su probidad, experiencia, transversalidad", dice.
"Difícilmente podríamos tratar de convertir a Don Jorge en una cosa que no es. Lo que hay que fomentar es saber transmitir y comunicar correctamente esas fortalezas. Y cómo esas fortalezas están poniendo orden en la institución que a lo mejor estaban olvidados". Y ejemplifica con su cargo: "Abbott entiende, en mi caso, que cuando tú tienes la dirección ejecutiva del Ministerio Público hay ciertas decisiones que a mí me corresponde tomar. Y eso implica que tú tomes decisiones, y no todas se ven reflejadas en que las toma él. Pero don Jorge, cuando tiene que cortar, vaya que corta".