El pasado miércoles, el sacerdote de los Sagrados Corazones (SS.CC.) Gerardo Joannon prestó declaración, en calidad de imputado, en el marco de la investigación por la presunta red de adopciones irregulares que habrían ocurrido en el país en la década de los 70 y 80. En esa diligencia, Joannon estuvo junto a su abogado, Eduardo Novoa. El profesional indicó a La Tercera cuál era la postura de la defensa del sacerdote, señalando que en lo relativo a estas supuestas adopciones ilegales "Gerardo Joannon sólo apoyó: mostró las alternativas, no indujo a nada".
¿Cuál es la disposición del sacerdote en esta investigación?
El padre Joannon tiene 50 años de sacerdocio, ha trabajo toda su vida con jóvenes. De esta forma, él conoce del grave problema del aborto. Eso hace que nazca en él un afán por proteger la vida y ese ha sido su interés fundamental: evitar el aborto en casos de niñas adolescentes, en una época de Chile hace 30 o 40 años, en que la situación valórica era totalmente distinta a la de hoy.
¿A qué se refiere?
En esa época, la sociedad tenía otros valores familiares. Las muchachas jóvenes no tenían autonomía y en estos sectores más tradicionales había serios problemas, porque no se entendía de estos hijos no queridos y había un riesgo muy grande de que la solución fuera por el lado de abortar.
¿Qué rol jugaba en esto el padre Joannon?
Las familias concurrían a él por su gran llegada a los muchachos para buscar en él apoyo y consejo. La tarea de Gerardo era brindar, dar apoyo y jugarse para que el embarazo llegase a su término. En esos tres casos (en que se investiga su participación), en dos las familias estuvieron por que la joven tuviera la guagua y acogieron el planteamiento de Gerardo de que había un camino alternativo al aborto, que era entregarla a una pareja que no había podido tener familia.
¿Cómo se realizaban estas adopciones?
Es materia de la investigación. Hay antecedentes para pensar que esto no se hizo a través de los mecanismos de adopción que había en esos años. Aquí se usó otro procedimiento, y es muy probable que haya habido una suposición de parto y una inscripción de ese hijo como si fuera nacido de la madre que lo recibió en adopción. Se indagan otros hechos, como falsificación de certificados; imagino que también de partes médicos.
¿El padre conocía todos estos detalles?
Todo eso es ajeno a la intervención de Gerardo Joannon. Su intervención llega hasta que expone a la familia cuáles son las alternativas, y reitero que lo importante es luchar por la vida y que si la persona no quiere criar al hijo, tiene la posibilidad de darlo, para que nazca al alero de una familia que sea de un nivel socioeconómico y cultural equivalente a las familias de origen.
¿Hasta dónde llega la intervención del sacerdote?
Gerardo Joannon sólo apoyó: mostró las alternativas, no indujo a nada, y la familia con la niña deciden libremente, con el médico que interviene en el parto, la entrega a la pareja infértil. El desconoce el sexo del recién nacido, cuáles son las personas que lo reciben y qué pasa con el niño.
¿Pero él contactaba a las familias con los médicos?
El conocía a los médicos. Un doctor que intervino en dos casos y otro en uno. Son médicos obstetras de mucho prestigio, profesional y moral, y muy conocidos como médicos pro vida. Para Gerardo había una seguridad de que, sin él conocer el detalle, esos niños iban a tener padres que los iban a cuidar.
¿Cree usted que él tiene responsabilidad penal por estos casos?
El no es autor de ningún delito, no interviene en nada que suponga falsear hechos documentales. Esa es la tarea de quienes hacían la gestión en las entregas. No es autor, ni induce a que se haga. Esto lo hacen los padres y la joven de forma libre. Los médicos no daban muchas luces de cómo iba a ser el procedimiento. Al parecer, había una insistencia muy marcada de borrar el rastro de los padres biológicos.
¿Y qué hay en relación con todo el tiempo que ha pasado de estos hechos?
Estos hechos estarían prescritos. Eso significa que estaría extinguida la acción penal. De todas formas, no es necesario que él se acoja a la prescripción, porque no tuvo una intervención.