Abogados e hijos de Rabat y Délano invierten en tierras en la Patagonia

La Patagonia chilena continúa posicionándose como un atractivo polo de emprendimiento. El interés por conservar esa zona ha impulsado proyectos que, más allá de la filantropía, apuntan a generar negocios verdes, pero rentables. Ese es el caso de Patagon Land.

Hace dos años, el ex analista de IM Trust, Jaime Iglesias, se interesó en el desarrollo de proyectos en el sur de Chile. Ante la necesidad de capital, salió a la búsqueda de socios. El proyecto atrajo, primero, a los socios del estudio de abogados Grasty, Quintana, Majlis & Cia., Michael Grasty, Alejandro Quintana y Arturo Majlis. Ellos tres tienen el 20%.  Después ingresaron José Antonio Rabat Joannon, hijo del empresario del mismo nombre, con otro 20%, y José Luis Délano, hijo de Carlos Alberto Délano, con igual porcentaje. Los dueños de la constructora Boetsch, Cristián Boetsch padre e hijo, tienen otro quinto. El último 20% está en manos de Iglesias.

"Logramos armar un equipo donde el área financiera, inmobiliaria y legal está 100% representada", detalla Iglesias. Así nació Patagon Land, cuyo presidente es Alberto Quintana.

EL PROYECTO

El objetivo base de la compañía, resume Iglesias, es adquirir tierras desde Villarica a Punta Arenas, desarrollar  proyectos y venderlos, teniendo como centro la conservación.

Con esa máxima, el grupo instaló una oficina en Puerto Varas, la que se encarga de buscar tierras que sean orillas de costa o grandes extensiones con lagos o ríos incorporados. Una vez detectadas, se analizan y luego se compran. En los paños, los socios pueden desarrollar parques privados, proyectos inmobiliarios y de ecoturismo, entre otros. Una vez levantado el emprendimiento, se buscan compradores. Tras ser vendidos, el grupo puede quedarse como administrador de los proyectos. Patagon Land, además, realiza asesorías. "Somos un banco de inversión en tierras", define Iglesias. "El negocio está en que compras terrenos sin valor, los estudias, los desarrollas y luego los vendes a un mayor precio".

FONDOS DE INVERSION

Para empezar a adquirir tierras, los socios, junto a otro inversionista, construyeron un fondo de inversión de US$ 10 millones el año pasado. "Es de prueba, para saber si el negocio funciona", dice Iglesias. Los gestores ya invirtieron todo ese dinero y en los próximos seis meses esperan concluir la liquidación de las tierras adquiridas. Ya han vendido tres proyectos y tienen ocho en proceso de venta. Entre ellos, destaca una reserva con proyecto hotelero en el Río Puelo, en la X Región, un proyecto inmobiliario llamado Aguas de Calafquén, en Calafquén, IX Región, otros en Coyhaique y el lago Ranco.

"Con las tres ventas que hicimos, vimos que se puede hacer, ya que el inversionista del fondo apuesta a la plusvalía de la tierra", destaca. "Hoy se encuentran hectáreas en Coyhaique a $ 500.000 que en 10 años más van a valer $ 2 millones", ejemplifica.

Tal es la convicción que tienen los accionistas del grupo que los socios decidieron dar un paso más. El lunes pasado José Antonio Rabat dejó su cargo como ejecutivo en gestión de inversiones en IM Trust para dedicarse a Patagon Land. Su tarea será levantar un nuevo fondo de US$ 30 millones. "Este va a ser el principal fondo que nos va a mover para comprar tierras (...) Será el único fondo destinado a adquirir tierras en Chile", agrega Iglesias. En ese instrumento los socios aportarán capital y reclutarán a otros inversionistas. Cada inversor pondría entre US$ 2 millones o US$ 3 millones y las inversiones se liquidarán en un plazo de 10 años.

La idea del grupo es dedicar 2011 y 2012 a comprar tierras. En total, quieren adquirir unas 70.000 hectáreas. Para eso, pretenden visitar a los principales family office de Chile y el mundo, además de ONGs, empresarios ambientalistas y estudios de abogados. La idea es tener la mayor parte de las tierras compradas entre julio y agosto.

Entre los planes está también abrir dos oficinas más: una en Coyhaique y otra en Punta Arenas. En cinco años, el grupo aspira a levantar otro fondo "de estrategias más arriesgadas" que consideren que los socios actuales sean los únicos inversionistas, "más que ir a vender lo que hacemos", explica el gestor.