En los últimos años, en Chile han ocurrido escándalos de abusos sexuales por parte de religiosos. Algunos casos emblemáticos son el sacerdote Fernando Karadima (párroco de El Bosque) y las recientes denuncias de miembros de la Congregación de Hermanos Maristas, además de la condena al presbítero legionario de Cristo John O'Reilly, y de la sanción religiosa a Gerardo Joannon, de los Sagrados Corazones, por su eventual relación con adopciones ilegales.
Pero, a diferencia de lo que ocurrió en Perú, con la sociedad de vida apostólica de los sodalicios, ninguno de estos institutos religiosos (órdenes y congregaciones) fue intervenido por el Vaticano.
El sacerdote Francisco Walker, experto en derecho canónico del Arzobispado de Santiago, sostiene que "una razón o hipótesis relevante a considerar es que en Chile, si bien los casos son graves y de muy alta importancia, no han involucrado al superior ni a la autoridad regional de la entidad religiosa, como sí ocurrió en Perú, lo que obliga a la Santa Sede a hacer una revisión de toda la institución. Por ejemplo, en el caso de los Legionarios de Cristo, las conductas escandalosas también involucraron a la máxima autoridad, Marcial Maciel, y el instituto fue intervenido por el Vaticano".
Anastasía Assimakópulos, canonista de la U. de los Andes, considera un argumento similar: "Esta sociedad de vida apostólica, relativamente nueva, de menos de 100 años, al ver a su superior en ese país vinculado a posibles conductas reprobables, hace necesaria una revisión a la estructura".