Dos semanas antes del glamur de los premios Oscar, la academia cinematográfica celebró como todos los años su "noche de los nerds" para rendir homenaje a los especialistas informáticos, los innovadores de la proyección digital y un ex ingeniero de sonido de Frank Zappa y los Kings que contribuyó a la modernización del audio en el cine.
La Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas hizo un reconocimiento a 58 hombres y una mujer por su trabajo científico y técnico tras bambalinas, como la creación de un dispositivo para cámaras utilizado en "The Grand Budapest Hotel" y el desarrollo del programa informático que produce el realismo del pelo en "Dawn of the Planet of the Apes".
Los actores Miles Teller y Margot Robbie condujeron la ceremonia que tuvo lugar el sábado por la noche en Beverly Hills, con un ligero toque de comicidad.
Robbie, que concluyó recientemente su participación en el rodaje de "Tarzan", una película llena de efectos especiales, organizó un juego de bebida con la palabra "voxels". Teller, que interpreta a Mr. Fantastic en la nueva versión veraniega de "Fantastic Four", se carcajeó porque no podía pronunciar la palabra "diodes" (diodos).
"Mi capacidad técnica es cero. Ni siquiera sé cómo rentar una película en iTunes", declaró Teller, cuyo papel más reciente fue su actuación en el drama musical escolar "Whiplash", que es candidata al Oscar a la mejor película en la ceremonia del 22 de febrero.
La academia otorgó dos estatuillas verdaderas del Oscar. Una al ejecutivo de Dolby, David W. Gray, el ex ingeniero de sonido rock que ha encabezado los avances en los sistemas de audio ambiental de la compañía.
El otro galardón fue para Larry Hornbeck, quien a finales de la década de 1980 contribuyó a inventar el semiconductor óptico, la parte fundamental de la mayoría de los proyectores digitales. Hornbeck dio las gracias a su padre, que "con sólo tener educación hasta el octavo grado me enseñó a hacerme la pregunta '¿por qué?' y salir a buscar la respuesta".
Quienes asistieron a la ceremonia dieron una ovación larga desde sus mesas para la cena a Colette Mullenhoff, de la firma ILM, la única mujer a la que se hizo reconocimiento por sus aportaciones en una rama predominantemente masculina.