Las 22 Academias de la Lengua Española aprueban hoy, salvo sorpresas de última hora, la nueva edición de la Ortografía, algunas de cuyas novedades ya se conocen aunque es posible que la redacción final de ciertas propuestas se suavice, dada la polémica que suscitaron.

La decisión de las Academias se hará pública tras la reunión que mantendrán hoy, en el marco de la Feria del Libro de Guadalajara, los directores y presidentes de las instituciones encargadas de velar por la unidad del español.

A primeros de este mes, y en la localidad riojana de San Millán de la Cogolla (norte de España), la Comisión Interacadémica que durante años ha preparado la nueva Ortografía aprobó el texto básico de esta obra de referencia para los hispanohablantes, que será mucho más amplia y razonada que la edición de 1999.

No se han tocado las reglas ortográficas de siempre, muy asentadas entre los hispanohablantes, pero sí se han introducido novedades que, aunque pequeñas, han levantado revuelo entre la gente de a pie e incluso entre los escritores y algunos académicos.

Polémico resulta en España que en ese texto básico se proponga denominar "ye" a la "i griega", y en algunos países de América tampoco ha sentado muy bien que tengan que dejar de llamar "be alta" y "be baja", "be larga" y "be corta" a la "b" y la "v".

La "uve doble", "ve doble" o "doble ve", se quedarán en "doble uve" y la "zeta", que también se llama en algunos países "ceta", "ceda" o "zeda", se escribirá "ceta".

Suprimir tildes que uno aprendió de niño no es fácil de asimilar, y por eso la propuesta de quitar las de monosílabos con diptongo ortográfico -"guión", "truhán" o "Sión", entre otros- ha encontrado cierta oposición entre escritores y académicos españoles.

No ha caído bien entre los escritores el deseo de las Academias de que se elimine la tilde del adverbio "solo" y de los pronombres demostrativos, incluso en casos de ambigüedad ("voy solo al cine" o "llega esta tarde").

Estas instituciones llevan años pidiéndolo, pero los novelistas y poetas, acogiéndose al "privilegio del creador", no les hacen demasiado caso. Y el común de los mortales, tampoco.

El poeta Antonio Colinas, por ejemplo, defendía hace unos días, ese acento gráfico porque "no es lo mismo el 'solo' de soledad, poéticamente visto, que el de solamente". Y en parecidos términos se expresaba el novelista Juan José Millás.

Varias de estas propuestas han suscitado polémica también en las propias Academias de la Lengua, sobre todo entre algunos creadores, que se consideran "francotiradores del lenguaje" y están acostumbrados a saltarse algunas reglas.

Desde que se aprobó el texto básico de la nueva Ortografía, las Academias han seguido trabajando para perfilar detalles y limar posibles asperezas.

Si hay cambios o no en la redacción final de la Ortografía se sabrá hoy, a partir de las 13:30 hora local, cuando las 22 Academias digan, en un encuentro con la prensa, si han aprobado este importante código de la Lengua.

Si finalmente recibe el visto bueno, la nueva Ortografía, de unas mil páginas, se presentará antes de las Navidades y se pondrá inmediatamente a la venta en todos los países hispanohablantes, publicada por Espasa.

La ministra española de Cultura, Ángeles González-Sinde, que hoy participó en la inauguración de la Feria del Libro de Guadalajara, ve con buenos ojos los cambios porque la nueva Ortografía "es consustancial a la evolución de la lengua".

"Si no hubiera habido cambios en la Ortografía seguiríamos hablando latín como cuando fuimos colonia de los romanos", le decía a un grupo de periodistas la ministra, que ve necesario "revisar cada tanto la Ortografía" para que la comunicación entre los diferentes países hispanohablantes "siga siendo posible".