Fuertes críticas realizaron académicos de la Universidad de Chile al proyecto de carrera docente que el ejecutivo dio suma urgencia y que incluye la obligatoriedad de la Prueba Inicia. Según los profesionales, "lejos de reparar, oculta el fracaso global de un sistema de educación de mercado y desregulado, que en el caso de la formación inicial docente ha significado una expansión excesiva e inorgánica de programas de baja calidad y no acreditados (o malamente acreditados)".

Los docentes afirmaron que "la Prueba Inicia está generando un tipo de evaluación que excluye el núcleo fundamental de una concepción integral de la profesión docente (...) instalando un errado y reduccionista concepto de "calidad" de la formación de profesores".

Asimismo, al igual que lo que sucede con el Simce y la PSU, "existe un grave riesgo de que las carreras de pedagogía se dediquen fundamentalmente a adiestrar para rendir un buen examen, convirtiéndose éste en el eje fundamental de la formación", agregan.

ATENTADO CONTRA LA DISCIPLINA
Los académicos criticaron también la posibilidad de que profesionales sin una formación específica puedan dar dicha prueba y habilitarse para ejercer la docencia. "Ello es un  serio atentado a la pedagogía como disciplina y como profesión, e implica un grave desconocimiento de los saberes propios que requiere el trabajo pedagógico", aseguran.

Pero no es todo. Los profesores aseguran que el proyecto sustitutito presentado "está muy lejos de lo que el magisterio ha demandado desde años (...) sólo se refiere a requisitos de ingreso al trabajo docente y de entrega de incentivos económicos vinculados a exámenes estandarizados, potenciando una visión individualista y competitiva, y no cooperativa ni solidaria, de la profesión docente"

LETRA CHICA
Según los académicos, en materia de "incentivos" las indicaciones presentadas están repletas de "letra chica". Esto, porque "discriminan a un enorme cantidad de profesores, pues favorecen justamente a aquel docente cuyas familias tienen mayores recursos".

Esto, porque aseguran que está claramente documentado e investigado que los puntajes en la prueba PSU están directamente relacionados con el nivel socioeconómico de donde provienen los estudiantes.

Así también, agregan que "tras estas indicaciones subyace una visión del profesor fundada en la sospecha", dado que "se reemplaza la noción de sujeto docente creativo y transformador por la de un sujeto sometido al control".

En ese sentido, "se le premia o castiga de acuerdo a sus resultados, los que deben estar cíclicamente ratificando a través de evaluaciones periódicas, en vez de generarle mejores condiciones para su desarrollo formativo (proceso que no termina una vez egresado de los centros de formación inicial docente)".

En consecuencia, "se destruye la comunidad educativa, con una política de incentivos a los estudiantes que obtienen altos puntajes PSU e Inicia, considerados los mejores".

PROPUESTAS SIN LA OPINION DE LOS INVOLUCRADOS
"Nos parece grave que estas propuestas gubernamentales se construyan sin la opinión y participación de las organizaciones docentes ni de las escuelas de formación de docentes. Está suficientemente demostrado que los cambios y reformas educativas exitosas solo lograrán realizarse teniendo a los profesores como sujetos activos en la construcción del conocimiento y  en las definiciones sobre las políticas y procesos educativos, particularmente si éstos se refieren al desarrollo y fortalecimiento de la profesión docente", concluyeron.